La compañía ha obtenido la certificación de conformidad del Esquema Nacional de Seguridad en la categoría Alta para sus líneas de producto corporativo G Suite y Google Cloud Platform, lo que le permite ofrecer sus servicios en las administraciones públicas españolas.
Las consecuencias económicas de estas brechas de seguridad y la inversión requerida para combatir a los cibercriminales han supuesto un coste medio para las empresas superior a los 11,7 millones de dólares. Los ataques con software malicioso fueron los más costosos, alcanzando los 2,4 millones de dólares.
Veritas arranca este 2018 con un nuevo CEO, Greg Hughes, que se incorpora de forma inmediata en sustitución de Bill Coleman, quien permanecerá en la junta directiva de la compañía.
Una de las peculiaridades de esta amenaza es la utilización de scripts en Python para instalar el software de minado, por lo que es relativamente fácil para los delincuentes pasar inadvertidos. Los sistemas infectados forman parte de una botnet gestionada por los delincuentes, cuyo tamaño podría estar en varios miles de dispositivos.
Investigadores de Cyberbit han descubierto una nueva técnica de inyección de malware que está utilizando LockPoS y que parece ser una variante de la utilizada por Flokibot.
Antes de comprar o contratar un servicio online, muchas tiendas obligan al consumidor a crear una cuenta de usuario, solicitando su nombre y apellidos, dirección de recepción del pedido, domicilio para registrar la factura, datos de la tarjeta de crédito, etc. Te damos algunos consejos para que no pongas en riesgo tu seguridad.
Proteger la nube pública, Cifrar datos ya migrados, garantizar el cumplimiento de GDPR, hacer copias de seguridad y protegerse contra el BYOD no autorizado, son algunos de los buenos propósitos que los CISO deberían fijarse para defenderse mejor frente a los ataques maliciosos en 2018.
Eliminadas ya de la tienda de aplicaciones, las 36 apps eran capaces de recopilar secretamente datos del usuario, rastrear su localización y enviarle anuncios agresivamente. Una vez que una de estas aplicaciones se ejecutaba, el usuario era bombardeado con notificaciones de seguridad y otros mensajes del malware.
Un fallo en el cifrado utilizado en algunos de sus terminales de punto de venta podría haber dado acceso no autorizado a los datos de las tarjetas de pago de sus clientes. Los terminales PoS afectados permitieron a los hackers instalar software malicioso durante casi ocho meses en 2017.