En la primera mitad de 2021, las organizaciones bancarias experimentaron un aumento en el ransomware del 1.318%, mientras que las filtraciones de datos les costaron 5,72 millones de dólares. Controlar el uso de los certificados digitales es clave para gestionar su identidad digital, señala Redtrust.
Entre los más habituales se incluyen acciones como no actualizar los equipos, el desconocimiento a la hora de crear una contraseña segura o cambiarla con la frecuencia adecuada, y el hecho de no instalar un antivirus en el ordenador o el smartphone.
La IA ha sido una de las tecnologías fundamentales para remodelar la industria de la seguridad, mientras que la combinación de IA e IoT, AIoT, está llevando la industria de la seguridad a un plano superior. El enfoque Zero Trust será el centro de atención de la ciberseguridad.
Los autores del sofisticado ransomware no son los que llevan a cabo los ataques, lo que pone de relieve la creciente economía compartida dentro del cibercrimen, que se ha optimizado para dirigirse mejor a las pequeñas empresas. Por otro lado, las plataformas de nube pública están alojando malware sin saberlo.
En los últimos seis meses se han detectado alrededor de 10.500 vulnerabilidades, que han propiciado una mayor susceptibilidad del tejido empresarial ante cualquier posible amenaza, y se han registrado casi 5.000 vulnerabilidades de criticidad grave o alta que se han explotado activamente.
El auge de ransomware como REvil o GandCrap, en el que los hackers comparten los beneficios de sus ciberataques, está haciendo que este negocio sea cada vez más habitual. El otro clásico al que están volviendo los hackers pero de forma renovada son los ataques al paquete Office.
En la mayoría de los casos, el atacante genera un código QR malicioso que sustituye al código original que va a escanear la víctima. Los ataques implican ingeniería social y se basan en engañar a la víctima para que lleve a cabo una acción malintencionada, señala ESET.