Las principales preocupaciones incluyen el robo de identidad, la incertidumbre financiera y los efectos de los ataques cibernéticos en la democracia. Si bien los ciudadanos reconocen las deficiencias de ciberseguridad y no confían en las empresas y las autoridades, no asumen la responsabilidad de su propia protección.
La proporción de exploits dirigidos a vulnerabilidades críticas en sistemas operativos alcanzó el 64% en el segundo trimestre de 2025. Entre las vulnerabilidades utilizadas en APT se encuentran tanto nuevos 0-days como vulnerabilidades que ya se conocían anteriormente.
Se observaron más de 50 ataques superiores a un terabit por segundo en la primera mitad de 2025. La integración de la inteligencia artificial, las campañas persistentes de hacktivistas y los actores estatales que utilizan los ataques DDoS como arma genera riesgos sin precedentes para las organizaciones de todo el mundo.
Si bien el 77% de las empresas demuestra una preparación moderada para la inteligencia artificial, la mayoría carece de una gobernanza sólida y seguridad en la nube, lo que las expone a riesgos. Solo el 18% de las organizaciones moderadamente preparadas han implementado un firewall de IA.
Entre las amenazas destaca ‘Numero’, que se presenta como un instalador de herramientas de IA, y que afecta gravemente a los sistemas comprometidos; el ransomware CyberLock, que se enfoca en cifrar archivos específicos en el sistema de la víctima; y Lucky_Gh0$t, una nueva variante del ransomware Yashma.