Ciberataques a hospitales: el nuevo terrorismo

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Los criminales se dirigen a instituciones médicas potencialmente vulnerables para llevar a cabo su peligrosa actividad. A pesar de las actuales medidas de distanciamiento social puestas en marcha en todo el mundo, éste tendrá muy poco impacto en el panorama de ciberseguridad.

Mientras los profesionales de la salud de todo el mundo se esfuerzan por protegernos de la actual crisis de coronavirus, los criminales se dirigen a instituciones médicas potencialmente vulnerables para llevar a cabo su peligrosa actividad. De hecho, las instituciones médicas son los objetivos más vulnerables durante el brote de coronavirus. "Cualquier ataque a un hospital en este momento puede ser visto como equivalente a un ataque terrorista", asegura el fundador y director general de Kaspersky, Eugene Kaspersky.

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La empresa ya ha adoptado medidas importantes para apoyar a las organizaciones sanitarias en este difícil momento, cediéndoles de forma gratuita durante seis meses su gama de soluciones de seguridad corporativa. Costin Raiu, director del Equipo de Investigación y Análisis Global de Kaspersky, cree que, aunque es importante insistir a las instituciones médicas para que mantengan sus sistemas seguros, las circunstancias actuales han hecho que esto sea un reto más complicado de lo habitual.

Respecto a las implicaciones de ciberseguridad del brote de COVID-19 Eugene Kaspersky cree que, a pesar de las actuales medidas de distanciamiento social que se han puesto en marcha en todo el mundo, éste tendrá muy poco impacto en el panorama de la ciberseguridad.  "Es muy probable que los ciberdelincuentes permanezcan activos. Están acostumbrados a trabajar desde casa y sus circunstancias no han cambiado drásticamente. Seguirán tratando de atacar a las empresas y a las personas y es nuestra obligación seguir trabajando duro y defender a nuestros clientes”.

En cuanto al panorama general de amenazas, en los últimos meses se ha observado un aumento de los ataques tanto oportunistas como selectivos, y de las campañas de spear phishing, en particular, que suponen un importante reto ya que se dirigen a usuarios con consejos falsos relacionados con el coronavirus. Yury Namestnikov, jefe del Equipo de Investigación y Análisis Global de la compañía para Rusia, señala que "estamos viendo una propagación de mensajes falsos sobre el COVID-19 para engañar a la ciudadanía con el objetivo de que abran enlaces o archivos adjuntos maliciosos y descarguen malware. Vimos un crecimiento del 43% en este tipo de ataques entre enero y marzo de 2020".

Por otra parte, respecto a las aplicaciones de rastreo social desarrolladas para informar a los ciudadanos si han estado recientemente en contacto con alguien que ha contraído el virus, en Kaspersky albergan algunas reservas y preocupaciones sobre cómo esta tecnología podría afectar a la privacidad personal. "Esta tecnología debe ser implementada si puede salvar vidas. Pero la gestión de esta gran cantidad de datos debe hacerse de forma correcta y adecuadamente asegurada y encriptada para mantener la información segura. Si se hace de forma correcta y transparente, las autoridades pueden comprobar qué organizaciones han recogido y utilizado estos datos", apunta Namestnikov.

Costin Raiu espera que las aplicaciones que se presenten sólo sean necesarias como medidas temporales y que las empresas no las vean como una oportunidad para monetizar los datos personales. Según Raiu, "nos enfrentamos a una elección imposible. El rastreo de móviles se utiliza para informar sobre con quién han estado en contacto y la mejor manera de mantenerse a salvo es quedarse en casa. Debemos dejar esta tecnología atrás cuando volvamos a la normalidad y esperemos que no se convierta en algo permanente en la sociedad".