Casi una cuarta parte del presupuestos de TI se va a ciberseguridad

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La seguridad es estratégica para las compañías y, no sólo eso, sino que es necesaria. La partida en este campo representa el 22% de los presupuestos tecnológicos de las empresas españolas.

La edición de este año del informe “Seguridad TI, ¿coste operacional o inversión estratégica?”, elaborado por Kaspersky Lab, muestra la importancia que va adquiriendo este campo en las partidas que las empresas destinan a tecnología. Las organizaciones, según el documento, ven la seguridad como “una inversión estratégica, y se está haciendo con un porcentaje creciente de la inversión TI, alcanzando casi una cuarta parte de los presupuestos TI en las empresas españolas (22%)”.

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Sin embargo, mientras que las inversiones en ciberseguridad crecen, los presupuestos globales de TI son más pequeños.  El presupuesto medio de seguridad TI en las empresas cayó en términos absolutos el pasado año, desde los 21,3 millones de euros a los 11,4 millones euros en 2017.

La seguridad es un reto empresarial, destaca Kaspersky, si se tiene en cuenta que recuperarse de una brecha de seguridad no está siendo más barato y los presupuestos no crecen. “En este año, las medianas y pequeñas empresas han tenido que pagar una factura media de 74.000 euros por cada incidente de seguridad, comparado con los 72 mil de 2016. En las grandes empresas el escenario es peor, pues están sufriendo un mayor aumento, desde los 720.000 de 2016 a los 830.000 de 2016”, señala.

No obstante, el incremento de los presupuestos de seguridad TI es solo parte de la solución, ya que las pérdidas más cuantiosas proceden de incidentes que tienen su origen en terceros. En este sentido, el informe señala que las PYMES se han visto obligadas a pagar en estos casos hasta 117.000 euros de media por incidentes que afectaban a infraestructuras albergadas en una tercera empresa, mientras que las grandes empresas han llegado a perder hasta 1,5 millones de euros como resultado de las brechas de seguridad que han afectado a proveedores con los que compartían datos, y hasta 1,3 millones porque sus proveedores IaaS no contaban con los niveles adecuados de protección.