La mayoría de los europeos admiten que no conocen las ciberamenazas más básicas

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Los europeos están más preocupados por la seguridad en Internet que nunca, según un informe de Unisys. Sin embargo, un 56% muestra un importante desconocimiento sobre algunas de las técnicas más utilizadas por los cibercriminales.

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La última edición del Índice de Seguridad de Unisys revela que los ciudadanos de todo el mundo están hoy más preocupados que en los últimos quince años, que es el tiempo en el que la firma lleva realizado este informe de periodicidad anual. Para su realización, la compañía consultó en julio de 2021 a 11.000 ciudadanos de todo el planeta (más de 5.000 europeos) sobre las preocupaciones relacionadas con la seguridad nacional, personal, financiera y de Internet, que sitúa luego en una escala de 0 a 300, donde 300 es un nivel máximo de preocupación. En la edición de 2021, el índice se sitúa en 162.

La mayor preocupación que muestran es la relacionada con la seguridad en Internet, en la que se incluyen virus informáticos o robo de información. Las inquietudes sobre la seguridad financiera también han crecido en la última oleada.

Más concretamente, el fraude de identidad (que preocupa a la mitad de los europeos), que se cometa fraude con la tarjeta de crédito (que citan el 47% de los encuestados) o que entre un virus en un dispositivo personal (que inquieta al 46%) son las amenazas que más preocupan a los ciudadanos europeos. La seguridad nacional, por su parte, preocupa a cuatro de cada diez europeos, la misma cifra que muestra temor ante un posible desastre natural o a los problemas en el comercio electrónico.

Según explica la firma autora del informe, los encuestados europeos son más optimistas en lo que respecta a su seguridad que los americanos, pero en todos los países se observó un alza en la inquietud relativa a la seguridad en Internet. Precisamente en lo que se refiere a seguridad de Internet, la mayoría de los europeos admite, a pesar de sus preocupaciones, que no conoce las amenazas más básicas, lo que pone en riesgo no solo su información personal sino la de sus lugares de trabajo, sobre todo en entornos laborales híbridos o de teletrabajo.

Por ejemplo, más de la mitad de los europeos (56%) muestra un importante desconocimiento sobre algunas de las técnicas más utilizadas por los criminales, como el phishing a través de SMS (solicitud de información personal o financiera a través de mensajería de texto); de la misma manera, cuatro de cada cinco europeos (82%) no saben qué es el SIM jacking (cuando el ciberdelincuente controla la tarjeta SIM del teléfono móvil que ha sido víctima del ataque desde uno propio). Además, 78% no sabrían qué hacer o cómo denunciar un ataque de este tipo.

Además, el Índice muestra también una creciente tensión sobre la privacidad de los datos. Ahora que los trabajadores europeos están volviendo a la normalidad en el puesto de trabajo, pocos europeos aceptan que sus empresas monitoricen su actividad digital. Solo un tercio acepta que se vigilen las horas de conexión y uno de cada cinco prefiere que no se controlen los tiempos de respuesta ni siquiera si se trata para resolver una incidencia informática. Siete de cada ocho europeos no se sienten cómodos con el uso de elementos biométricos, como el reconocimiento facial, en el uso de ordenadores de forma remota

También existe controversia sobre la posibilidad de que la empresa pueda saber si los trabajadores se han vacunado o no contra la COVID-19. Los niveles de acuerdo sobre este aspecto varían entre países, por lo que las medidas para fomentar la vuelta a la oficina y su impacto en el negocio son diferentes por países y no solo afectan a las decisiones de los Gobiernos en lo que respecta al uso de pasaportes de vacunación. Por ejemplo, en Alemania, el 39% de los encuestados sitúa la prioridad en la privacidad y el 38% en la trazabilidad de los empleados vacunados.