Detienen a los autores de una ciberestafa contra más de 40 empresas

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Atacando las cuentas de correo electrónico de las empresas, los detenidos accedían al sistema informático, desde donde, haciéndose pasar por la empresa real, solicitaban a los clientes que hicieran los pagos en cuentas bancarias fraudulentas. Estafaron más de 2, 2 millones de euros.

En el marco de la operación Holmes, la Guardia Civil ha detenido en Valencia a seis personas que habían estafado más de 2.200.000 euros a más de 40 empresas con sede en España, Estados Unidos, Francia, Portugal y Rumanía, de ámbitos tan dispares como laboratorios, cooperativas, colegios privados, hoteles, energéticas o transportes.

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La organización desarticulada accedía al sistema informático de las empresas víctimas desde donde contactaban con los clientes para que realizaran los pagos pendientes en cuentas bancarias al servicio de la organización.Utilizando el método conocido como “man in the middle”, estas cuentas estaban a nombre de intermediarios que recibían a cambio una comisión de entre un 5% y un 10% de lo estafado.

El modus operandi consistía en atacar las cuentas de correo electrónico de las empresas para obtener datos de facturas pendientes, cuentas bancarias y clientes potenciales. Una vez dentro del sistema, seleccionan a uno de estos clientes y, tras hacerse pasar por la empresa real, les solicitan que el dinero sea ingresado en una cuenta diferente a la acordada.

Una vez realizado el ingreso en estas cuentas fraudulentas, los estafadores fraccionaban el dinero y lo repartían, por medio de pequeñas transferencias, a cuentas de “mulas económicas” quienes, posteriormente, lo extraían, tras recibir una comisión que oscila entre el 5% y el 10% de la cantidad recibida. En total contaban con más de 60 personas a su disposición, para hackear cuentas, distribuir el dinero y evitar que se conociera su verdadera identidad.

Una vez que cada controlador tenía su parte del dinero en efectivo, aparecía la rama de apoyo y logística, quien recaudaba todo este efectivo, lo concentraba y se lo llevaba rápidamente al jefe, quien detraía las comisiones pertinentes y lo enviaba a la cúpula.

En el caso de que el dinero fuera retenido por las entidades bancarias por sospechas de blanqueo de capitales, la organización extendía falsos contratos mercantiles a nombre de las mulas para tratar de desbloquear el capital retenido. En caso de incumplimiento por parte de los testaferros, la organización les amenazaba a ellos y a sus familias.

La operación continúa abierta y la Guardia Civil no descarta nuevas detenciones.