Cinco riesgos de ciberseguridad que marcarán 2026

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El próximo año traerá una nueva era de peligros digitales. La inteligencia artificial, la homogeneización de internet y la pérdida de confianza en lo digital se perfilan como retos críticos. La seguridad cuántica emerge como un desafío de futuro inmediato, mientras la desinformación amplifica vulnerabilidades sociales y técnicas.

Los ciberdelincuentes comenzarán el año con herramientas más avanzadas gracias a la inteligencia artificial, la automatización y técnicas de engaño cada vez más sofisticadas. La dependencia creciente de servicios digitales, dispositivos inteligentes y comunicaciones online multiplica la escala y complejidad de los riesgos, lo que exige mayor preparación y conciencia por parte de usuarios y organizaciones.

Los especialistas en ciberseguridad de NordVPN han publicado sus predicciones para 2026, identificando cinco grandes amenazas que transformarán el panorama digital:

1.     La monocultura en internet

La homogeneización de la red se convierte en un riesgo crítico. La dependencia de grandes proveedores como AWS, Cloudflare o suites de productividad como Google y Microsoft Office implica que una sola falla puede afectar a millones de usuarios. Según Adrianus Warmenhoven, experto de NordVPN, “en internet, no hay alguien que no sea lo suficientemente interesante. Cada pequeña pieza de información puede ser vendida, recolectada y monetizada. Tener una existencia en línea es suficiente para convertirse en un objetivo”.

La diversidad tecnológica que antes desincentivaba ataques se ha reducido, generando un ecosistema más vulnerable y rentable para los delincuentes.

2.     Desinformación a través de nuevos canales

El auge de redes sociales, plataformas de streaming y foros como Reddit ha normalizado prácticas inseguras. En 2026, se espera que esta tendencia aumente, con organizaciones criminales invirtiendo en marketing digital y contratación de influencers para promover hábitos inseguros y productos con bajos estándares de protección. La desinformación se convierte así en un vector de ataque que afecta directamente a la privacidad y seguridad de los usuarios.

3.     IA: vulnerabilidades y ciberataques acelerados

La inteligencia artificial será protagonista tanto en defensa como en ataque. Herramientas como ChatGPT almacenan historiales de conversación en navegadores, exponiendo datos sensibles. Marijus Briedis, CTO de NordVPN, advierte de que “en 2026 vamos a observar un incremento considerable en los ataques y las defensas mejoradas por IA. Esta herramienta ha cambiado por completo la accesibilidad y sofisticación del crimen cibernético”.

Ya existen grupos criminales que experimentan con sistemas autónomos de IA capaces de analizar redes, identificar vulnerabilidades y explotarlas sin intervención humana. Modelos como “Evil GPT” están disponibles en la dark web por apenas 10 dólares, democratizando el acceso al cibercrimen avanzado.

4.     Pérdida de la confianza digital

La confianza será uno de los principales retos del año. Los ciberdelincuentes recurrirán a deepfakes, clonación de voz, identidades sintéticas y ataques hiperpersonalizados que dificultan distinguir lo real de lo falso.

La creación de identidades digitales falsas permitirá fraudes prolongados, con acceso a cuentas bancarias y servicios en la nube durante años antes de ser detectados. La productividad de los estafadores aumentará gracias a la IA, mientras que los usuarios verán erosionada su confianza en dispositivos y servicios digitales.

5.     Amenazas cuánticas

El avance de la computación cuántica amenaza con superar los estándares actuales de encriptación. Aunque los ataques masivos aún tardarán en llegar, los ciberdelincuentes ya practican el método de “recopilar ahora, descifrar después”, robando datos cifrados con la expectativa de descifrarlos en el futuro.

Briedis señala que el mercado de ordenadores cuánticos superará los 5.000 millones de dólares en 2026, lo que dará a la ciberseguridad un nuevo protagonismo. La resistencia cuántica debe considerarse una prioridad actual, no un problema lejano.

Warmenhoven concluye añadiendo que “la ciberseguridad ya no es solo un tema técnico, sino social. La educación digital debe enfocarse en la higiene de seguridad para cultivar buenos hábitos. En 2026, esto será más importante que nunca”.