Erradicar la desinformación, una asignatura difícil de aprobar

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La Comisión Europea acaba de publicar los primeros informes anuales de autoevaluación realizados por Facebook, Google, Microsoft, Mozilla, Twitter y las siete asociaciones comerciales europeas más que firmaron el Código de Buenas Prácticas en Desinformación hace un año. Se ha avanzado pero, a la vista está que no lo suficiente y, según la Comisión, "el grado de progreso varía mucho entre signatarios".

Un año después del lanzamiento del Código de buenas prácticas en la UE, la Comisión ha publicado los primeros informes anuales de autoevaluación de las plataformas de Internet que se adhirieron a él para luchar contra la desinformación.

La Comisión concluye que está siendo un pilar en su plan de acción contra este fenómeno pero no es nada sencillo, según se desprende del comunicado conjunto emitido por la comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, Věra Jourová, el comisario de Seguridad, Julian King, y la comisaria de Economía y Sociedad Digitales, Mariya Gabriel.

En él, agraden las autoevaluaciones porque, claro está, son muestra del “compromiso de las plataformas en línea por hacer más transparentes sus políticas y por establecer una cooperación más estrecha con los investigadores, los verificadores de datos y los Estados miembros”, pero también dicen que “el grado de progreso varía mucho entre los firmantes y los informes ofrecen poca información sobre el impacto real de las medidas autorreguladoras adoptadas a lo largo del pasado año, así como sobre los mecanismos para un análisis independiente”.

Para los tres comisarios, “persisten la propaganda y la desinformación automatizadas a gran escala y es preciso seguir trabajando en todos los ámbitos contemplados en el Código. No debemos resignarnos a aceptar esta situación como algo normal”, si bien valoran positivamente algunos avanzados. Por ejemplo, dicen que aunque las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019 no estuvieron libres de desinformación, las acciones y el informe mensual previos a los comicios contribuyeron a limitar las noticias falsas.

Piden más colaboración
En el comunicado subrayan también que los esfuerzos de las plataformas online y los verificadores de datos pueden reducir la viralidad nociva a través de los servicios de las plataformas, pero que sigue siendo “urgente que éstas establezcan una cooperación constructiva con una muestra más amplia de organizaciones fiables e independientes. El acceso a los datos facilitado hasta ahora sigue sin satisfacer las necesidades de los investigadores independientes”. Además, lamentan que no se hayan adherido al Código otras plataformas o agentes corporativos del sector de la publicidad.

Principales conclusiones

•    En comparación con octubre de 2018, los firmantes del código indican que hay una mayor transparencia. Existe un diálogo más estrecho con las plataformas por lo que respecta a sus políticas contra la desinformación. 
•    Aunque  los informes recogen el progreso registrado en el cumplimiento de los compromisos supervisados por la Comisión entre enero y mayo de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de 2019, incluyen menos datos sobre la aplicación de los compromisos para empoderar a los consumidores y a la comunidad investigadora. El suministro de datos y herramientas de investigación siguen siendo esporádicos y arbitrarios y no cubre las necesidades de los investigadores que deben realizar un análisis independiente. 
•    El alcance de las acciones emprendidas por cada plataforma para cumplir sus compromisos varía significativamente. Asimismo, persisten las diferencias en la aplicación de las políticas de las plataformas, en la cooperación con las partes interesadas y en la sensibilidad a los contextos electorales entre los distintos Estados miembros.
•    Los informes proporcionan información sobre las políticas de aplicación del Código, que incluye métricas específicas de la UE, pero varían en cuanto a la consistencia y el grado de detalle que ofrecen. Los parámetros utilizados son sobre todo indicadores de resultados como, por ejemplo, el número de cuentas suprimidas. 

Para saber si el Código ha supuesto un avance, además de las autoevaluaciones de los signatarios, la Comisión tendrá en cuenta las aportaciones del Grupo de Reguladores Europeos para los Servicios de Comunicación Audiovisual (ERGA), una evaluación de una organización externa seleccionada por los signatarios del Código, una evaluación de un consultor independiente contratado por la Comisión, y un informe sobre las elecciones al Parlamento Europeo de 2019.

A partir de ahí, presentará su evaluación global a principios de 2020. En caso de que los resultados del resulten insatisfactorios podrá proponer otras medidas, incluso de carácter reglamentario.