Ciberseguridad made in Europe: más que un sello de distinción

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CEO Wallix

Contar con un sello de garantía es sinónimo de calidad, confianza, buen hacer, reconocimiento y adhesión a buenos atributos que la organización promotora de una distinción en concreto otorga. Hay muchos y beneficiosos motivos para que una empresa u organización utilice un determinado precinto. A pesar de que suele estar más vinculado a productos o servicios de consumo, un sello de garantía (o de calidad) también se utiliza en el ámbito tecnológico y en su relación más empresarial, como un sistema de adhesión a una organización o a una estandarización determinada.

Tribuna de Opinión de Jean Nöel, CEO en WALLIX

Encontrar ese patrón común es importante. El ámbito de la ciberseguridad no iba a ser menos. Porque en tiempos crecientes (y sofisticados) de ataques de ransomware, malware y otras amenazas, contar con un estándar es esencial para que todos los agentes implicados puedan neutralizar, del mismo modo, a estas agresiones cibernéticas. Además, los protocolos comunes de seguridad permiten operar de manera sencilla, optimizando procesos de I+D, y garantizando calidad y seguridad mínimas.

Actualmente en Europa nos encontramos en el camino de que todo esto ya sea una realidad. El Reglamento de Ciberseguridad de la Unión Europea, en vigor desde junio de 2019, ha permitido crear un marco de certificación de ciberseguridad, evitando barreras reglamentarias entre Estados Miembros. Un marco normativo robusto y fiable que ayuda a las organizaciones a superar con éxito los desafíos actuales como, en este caso, los ataques cibernéticos.

Es ese espíritu lo que ha impulsado la creación de la etiqueta Cibersecurity made in Europe, impulsada por la European Cyber Security Organisation (ECSO), una organización sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es apoyar iniciativas y proyectos que tengan como fin el desarrollo, promoción y fomento de la ciberseguridad europea.

La etiqueta Ciberseguridad Made In Europe puede ser concedida por un total de 16 asociaciones europeas a las empresas (principalmente pymes) que han sido autorizadas para ello por la ECSO. En España, Cybasque (Asociación de empresas vascas de ciberseguridad) posee el permiso para expedir las certificaciones.

Los requisitos para obtener el sello son:

- La empresa debe tener su sede en Europa y la mayoría de sus empleados debe estar empleada en Europa, más del 50 % ubicados en los países de la Unión Europea, EFTA, el EEE y el Reino Unido.

- El grupo objetivo principal debe estar situado en el mercado europeo.

- Deben proporcionarse garantías de que no existe un control de la misma desde fuera de la zona europea.

- Europa debe ser el lugar principal de negocios, demostrando que más del 50 % de su actividad de I+D se orienta a la ciberseguridad.

- La empresa debe aceptar y actuar de acuerdo con los requisitos de seguridad indispensables de ENISA (European Union Agency for Cybersecurity) para la adquisición de productos y servicios TIC seguros.

- Debe garantizar que ninguno de sus productos o soluciones ofertados contiene backdoors.

- Debe garantizar que cumple con la normativa RGPD.

Cibersecurity made in Europe es uno de esos instrumentos que permite a los fabricantes diferenciarse sobre otras compañías internacionales especializadas en ciberseguridad, llamar la atención sobre los altos valores europeos en el ámbito de la ciberseguridad e impulsar así un determinado estándar de seguridad.

Se trata de una demostración más de la fiabilidad y confianza en los valores europeos. Además, las empresas que llevan esta etiqueta contribuyen activamente a la consecución de un objetivo mayor: la autonomía digital europea.

Si la normativa comunitaria va encaminada a eliminar barreras, crear estándares y reforzar la colaboración entre Estados Miembros, ¿por qué en el ámbito de la empresa privada no se podría hacer lo mismo? Con la contribución del sector privado, se podrán alcanzar mayores cotas de transferencia de conocimiento y desarrollo, al mismo tiempo que se fortalece a Europa frente a otras potencias como EE.UU. o China, países que dominan el ecosistema de players tecnológicos.

Mientras que se refuerza la legislación europea con regulaciones anteriormente mencionadas, dentro de la Estrategia de Ciberseguridad y del futuro digital de la UE, también se fortalece geoestratégicamente al club de los Veintisiete a través de la unión de las compañías que operan en su territorio. Ese nexo en el sector privado solo resultará en un mayor peso de este y en ese alcance más fácil de la autonomía digital europea entre otras cuestiones.

La etiqueta ECSO también ayuda a las empresas a obtener más visibilidad y diferenciación en el mercado europeo y mundial, enfatizando la ubicación geográfica y el valor estratégico de las compañías que poseen esa distinción. Porque para lograr o mejorar la autonomía digital europea, hay que centrarse en los valores europeos de unión, seguridad, protección de los ciudadanos y el desarrollo.

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