Los deepfakes ya golpean a las empresas con la misma frecuencia que el fraude tradicional

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Signicat deepfake

La suplantación de identidad, el fraude biométrico y los deepfakes con inteligencia artificial ya han perjudicado a una de cada tres organizaciones en todo el mundo, poniéndose en pie de igualdad con las tácticas de fraude tradicionales, como los documentos falsificados y la ingeniería social.

Los nuevos datos de una encuesta realizada por Regula muestran que se ha desdibujado la línea entre el fraude tradicional y los ataques de suplantación de la identidad.

En el manual del fraude actual se destacan tres tácticas basadas en la suplantación de la identidad y cada una aprovecha las debilidades de la verificación:

-     Suplantación de la identidad, que afecta al 34% de las organizaciones. Sostener una foto impresa, reproducir un vídeo o mostrar una pantalla a la cámara. A menudo se utiliza para abrir cuentas masivas para estafas o redes de mulas.

-     Fraude biométrico, con un 34% de empresas afectadas. Abarca engaños físicos como huellas dactilares falsas, máscaras de silicona o modelos 3D que superan a los sensores biométricos. Usado en intercambios de SIM o restablecimientos de cuentas para secuestrar cuentas de usuario.

-     Fraude deepfake, con 33% de afectados. Incluye rostros, voces o videos generados por IA para imitar o inventar identidades de manera convincente. Cada vez más implementado en KYC (Conozca a su cliente) basado en video para asegurar cuentas "limpias" para lavado de dinero o movimiento de fondos.

Estas tácticas ahora ocurren con la misma frecuencia que los métodos de fraude tradicionales: fraude de documentos (30%), identidades sintéticas (29%) y estafas de ingeniería social (30%). Lo que alguna vez fue una amenaza emergente se ha generalizado.