El auge de las mulas digitales dispara las detenciones en España

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Lazarus mulas

El fraude financiero vinculado a cuentas y personas que mueven dinero ilícito supera los 5.000 millones de euros en el país. Más del 90% de las transacciones detectadas están ligadas a ciberdelitos como phishing, SIM-swap y comercio electrónico fraudulento.

Las mulas digitales —personas o cuentas que reciben y transfieren dinero procedente de fraude, ya sea por comisión o engaño— han proliferado con el auge de la banca digital y las plataformas online. Según datos recopilados por Lazarus Technology a partir de las operaciones EMMA (European Money Mule Action), el número de personas detenidas en España por actuar como mulas digitales pasó de 52 en 2022 a 558 en 2024, lo que representa un salto del 973%. En total, se han registrado 672 arrestos entre 2021 y 2024, en operativos realizados tanto por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como en colaboración con Europol.

Se estima que el dinero defraudado en España por estas redes se aproxima a los 5.000 millones de euros, basándose en el informe de Nasdaq Verafin, que calcula que las mulas digitales movieron 49.000 millones de euros en Europa, de los cuales un 10% corresponderían a nuestro país.

 

Tres motores del fraude digital

Lazarus identifica tres factores clave detrás del crecimiento de este tipo de delitos: la digitalización de los pagos, el fraude online masivo (como el phishing, el SIM-swap o las estafas en comercio electrónico) y la captación a gran escala por parte de redes criminales, que utilizan redes sociales y falsas ofertas laborales para reclutar mulas.

Más del 90% de las transacciones detectadas en los operativos están vinculadas a ciberdelitos. Aunque el uso de cuentas digitales es el método más común —por su rapidez y anonimato—, las redes siguen utilizando personas físicas para fragmentar y mover el dinero entre entidades y países, dificultando su rastreo.

El esquema habitual consiste en recibir una transferencia (por Bizum o en metálico) y reenviarla a otro destinatario, cobrando una comisión. En el caso de las cuentas mula, se abren de forma real o sintética, se reciben los fondos y se procede a su retirada o redistribución.