La ciberseguridad, entre las tecnologías que ayudan a minimizar el impacto del coronavirus

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La soluciones de seguridad, junto con las de big data e inteligencia artificial y las de robótica, lideran la lista de tecnología que más están contribuyendo a rebajar el impacto del coronavirus en la actividad empresarial, según un informe que Grant Thornton.

 

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En su informe ‘Perspectiva del COVID-19: Tecnología e innovación contra el Coronavirus’, la consultora ha analizado la forma en que la diferentes tecnologías están contribuyendo a contener la crisis sanitaria y a minimizar su impacto en la actividad empresarial. Según sus conclusiones, el 53% de las iniciativas innovadoras desplegadas para ese fin han recurrido al big data y la inteligencia artificial, el 22% a la robótica y el 12% a la ciberseguridad. En tercer y cuarto lugar, se han situado el blockchain (11%) y los chatbots (2%).

Sobre el tema, Luis Pastor, socio director de Consultoría Tecnológica e Innovación de Grant Thornton, afirma que “en tiempos tan volátiles y con un alto grado de incertidumbre, el uso de las tecnologías más punteras es un recurso clave y un factor distintivo fundamental para los negocios, porque permite aprovechar la información para ayudar a los más afectados y prevenir mayores consecuencias”.

En su investigación, los expertos de Grant Thornton apuntan a países como China o Corea del Sur como las referencias en uso de la tecnología para combatir el virus, ya que emplearon soluciones GPS para orientar a robots para entregar material sanitario en áreas remotas, enviar mensajes de alerta a 6 millones de vehículos o soluciones de toma de temperatura mediante infrarrojos que permite examinar a 200 personas por minuto.

Aunque en menor proporción, explica el informe, España también está usando la tecnología para enfrentarse a la nueva realidad, como acredita que las descargas de las aplicaciones de videoconferencia Google Hangouts, Zoom o Microsoft Teams se multiplicaran en el mes de abril por 64, 27 y 15, respectivamente, en comparación a la media del último trimestre de 2019.

Casos de uso
El estudio analiza qué usos de una serie de tecnologías ya están contribuyendo a reducir los tiempos de toma de decisión, a mejorar las competencias de los trabajadores y a predecir y solucionar situaciones problemáticas tanto a los sectores público y privado en muchos países.

La tecnología Blockchain, por ejemplo, permite una mejor gestión del material sanitario al garantizar la trazabilidad de su cadena de suministro: una función que habría reducido la incertidumbre y vuelto más transparente el proceso de abastecimiento de países como España, donde esta cuestión ha resultado especialmente polémica. También permite reducir la propagación de bulos, al permitir la trazabilidad del origen de las noticias.

La impresión 3D, por su parte, permite un abastecimiento rápido y asequible de los hospitales, como demuestra la producción de respiradores en solo tres horas por solo 100 euros, en contraste con su precio de mercado, que supera a menudo los 15.000.

Las aplicaciones móviles de telemedicina, en tercer lugar, están utilizándose en muchos países para evitar el colapso de sus teléfonos de emergencias: una situación de la que no somos ajenos en España, en que, en el momento álgido de la pandemia, el 112 registró tiempos de espera de entre 5 y 15 minutos.

Grant Thornton apunta también a la geolocalización como a una tecnología que puede ponerse al servicio de un mejor control de los infectados por el coronavirus y de sus respectivas cuarentenas, de la mano de sistemas de información geográfica que no solo cumplen una función de supervisión, sino que recopilan también datos para predecir tendencias.

La inteligencia artificial es otra tecnología con múltiples usos en la lucha contra el COVID-19. Por ejemplo, la detección temprana de infectados, el diagnóstico rápido o el seguimiento de tratamientos. La combinación de sistemas de videovigilancia y cámaras térmicas asistidas por inteligencia artificial permiten por ejemplo tomar la temperatura o detectar a las personas que no llevan mascarilla en estaciones de metro o de tren, y las herramientas diagnósticas basadas en inteligencia artificial pueden determinar si alguien ha contraído o no la enfermedad en entre 15 y 20 segundos con un grado de exactitud del 96%.

Por último, el estudio se detiene en que los drones y robots permiten el control remoto de la población: recordar por ejemplo a los ciudadanos que deben permanecer en sus casas, pulverizar desinfectantes en zonas afectadas o interactuar directamente con pacientes de hospitales en la entrega de alimentos y medicinas o desinfectando habitaciones, salas de espera y pasillos mediante rayos ultravioleta para reducir el contagio del personal sanitario.

Para Carol Lago, senior manager de Consultoría Tecnológica e Innovación en esta firma, “ahora más que nunca debemos reinventarnos y continuar haciendo uso de herramientas tecnológicas basadas en big data, blockchain o inteligencia artificial, que nos permitan mitigar los efectos colaterales de la nueva realidad que estamos viviendo y mantenernos en la vanguardia de la innovación”.