El sector educativo no está invirtiendo en su propia seguridad

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Las organizaciones educativas sufrieron el año pasado una media de 11 ataques, cada uno con un coste aproximado de 605 euros, lo que supuso unas pérdidas anuales superiores a los 6,5 millones de euros. Muchos hacen frente a estos ataques apagando los servidores y los servicios.

Pese a ser uno de los principales objetivos de ciberataques, el sector educativo suspende en dar la debida importancia a la ciberseguridad. Según el Informe sobre Amenazas Globales de DNS 2019, realizado por EfficientIP e IDC, las organizaciones sufrieron el año pasado una media de 11 ataques, cada uno con un coste aproximado de 605 euros, lo que supuso un peaje anual superior a los 6,5 millones de euros. La ciudad de Luisiana, que declaró recientemente el estado de emergencia después de tres ataques de malware en las escuelas, y la violación de datos de la Universidad de York, son dos ejemplos que subrayan el problema de la seguridad en el sector educativo.

El 86% de los encuestados del sector educativo se encontraron bajo el radar de ataques DNS, convirtiéndose en el sector más afectado después del gobierno. El informe indica que los ataques de DNS dirigidos contra las instituciones educativas estaban basados en phishing, y provocaron desde caídas de las aplicaciones que afectaron al 66% de las entidades, hasta sitios web comprometidos, que afectaron al 50%. Estas cifras se encuentran muy por encima de la media mundial de otros sectores, que suelen ser del 45%.

Si las instituciones educativas pretenden proteger adecuadamente a sus estudiantes matriculados, necesitan contramedidas más inteligentes, ya que la mitad de los encuestados ha confirmado que hace frente a estos ataques apagando los servidores y los servicios, y un 64% apagando los procesos y conexiones afectados. Desconectar los servidores podría ayudar a detener los ataques, pero si se trata de evitar amenazas cada vez más sofisticadas no resulta demasiado útil. Para EfficientIP es necesaria una monitorización de DNS y análisis e inteligencia para identificar las amenazas antes de que se produzcan y poner en cuarentena los ataques sin tener que desconectar completamente los servidores para no interrumpir el servicio.

Sólo un 22% de entidades educativas prioriza la monitorización y el análisis del tráfico DNS a la hora de cumplir con los requisitos de las normativas de protección de datos como GDPR. Además, dicho sector cuenta con la adopción más baja de automatización de gestión de políticas de seguridad de red, un 8%. Es evidente que la educación está comenzando a retrasarse en demasiadas áreas clave y tiene que ponerse al día rápidamente.