Desmantelan una organización dedicada al fraude de ingeniería social
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En entramado, que estafó más de ocho millones de euros, contaba con un departamento de informática que se encargaba de realizar el phishing, suplantando conocidas web por otras de idénticas características visuales. La operación ha concluido con el arresto de 33 personas, 14 de ellas en España.
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Agentes de la Policía Nacional, los Mossos d´Esquadra y la Policía de Rumanía, con la participación activa de Europol y Eurojust, han culminado una investigación que ha permitido desmantelar una organización que estafó más de ocho millones de euros mediante sofisticadas técnicas de ingeniería social. La operación ha concluido con el arresto de 14 personas en España y 5 en Rumanía, que sumadas a otras 14 detenciones realizadas durante el desarrollo de las investigaciones elevan la cifra de arrestos a 33.
La organización operaba mediante células repartidas por toda Europa. El responsable del entramado en España, afincado en la provincia de Valencia, se dedicaba a controlar los diferentes estratos de la organización que actuaban desde nuestro país, así como de vigilar el flujo de dinero obtenido, asegurando el reparto del mismo. En el registro de su domicilio ha sido desmantelado un sofisticado taller de falsificación de documentos.
En esta misma operación, también se ha conseguido desarticular todo el entramado financiero que habían montado en España, creando empresas sin ningún tipo de actividad y poniéndolas a nombre de testaferros, de forma que pudieran blanquear el dinero de las estafas. Hasta la fecha y de acuerdo con el análisis de las cuentas efectuado, la organización habría conseguido estafar más de ocho millones en nuestro país, cantidad que podría ser muy superior ya que las investigaciones continúan abiertas.
Las estafas realizadas por la organización desmantelada se pueden dividir en dos: aquellas cuyas víctimas eran administraciones públicas y aquellas cometidas a particulares. En el primer caso, los detenidos tenían entre sus víctimas a hospitales, ayuntamientos, consorcios, etc. sobre los que realizaban un minucioso estudio con el fin de conocer los contratos que dichas entidades públicas tenían con proveedores y empresas que les prestaban servicios. Posteriormente suplantaban la identidad de una de estas empresas con la que tuvieran pendiente algún cobro y le comunicaban que habían cambiado su número de cuenta, remitiendo a la entidad pública todos los documentos bancarios falsificados correspondientes y necesarios donde se certificaría supuestamente el cambio de cuenta bancaria de la empresa proveedora. La organización criminal proporcionaba así una cuenta abierta en realidad por una “mula“, por lo que los pagos se ingresarían en la cuenta de la organización criminal sin que la entidad pública ni la empresa proveedora suplantada se percatasen de lo acontecido.
Las estafas realizadas a particulares eran cometidas a través de phishin bancarios, estafas de compraventa online y estafas en alquileres. Esta última modalidad era la más utilizada. Los arrestados localizaban en distintas plataformas de alquiler anuncios de inmuebles para copiar sus fotos y publicarlos con otras referencias.
El entramado delictivo contaba con una estructura perfectamente dividida en diferentes departamentos. El departamento de informática se encargaba de realizar el phishing suplantando conocidas web por otras de idénticas características visuales de forma que el usuario creía estar en las auténticas, mientras que el departamento de falsificación se encargabae falsificar los documentos necesarios para la apertura de las cuentas bancarias y los documentos necesarios para dar credibilidad a las distintas estafas. Otro grupo, encargado de la logística, gestionaría la compra de los billetes de avión, autobús y tren para las mulas, y contaban con miembros dedicados al blanqueo del dinero obtenido con sus actividades delictivas.