Echan el cierre al mayor marketplace de servicios DDoS del mundo
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Con más de 136.000 usuarios registrados, Webstresser.org vendía ataques de denegación de servicio distribuido que podrían tumbar la conexión a Internet por tan solo 15 euros al mes. Sus administrados han sido arrestados en una operación policial conjunta.
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Los administradores del marketplace webstresser.org han sido arrestados como resultado de una compleja investigación liderada por la Policía holandesa y la Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido, con el apoyo de Europol y una docena de agencias policiales de todo el mundo. Los administradores estaban ubicados en el Reino Unido, Croacia, Canadá y Serbia. El servicio ilegal ha sido cerrado y su infraestructura ha sido incautada. Asimismo, se han tomado medidas adicionales contra los principales usuarios de este mercado en los Países Bajos, Italia, España, Croacia, el Reino Unido, Australia, Canadá y Hong Kong.
Webstresser.org era considerado el mayor marketplace del mundo para contratar servicios de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS), con más de 136.000 usuarios registrados y 4 millones de ataques realizados sólo en abril. Los ataques orquestados fieron dirigidos a servicios online críticos ofrecidos por bancos, instituciones gubernamentales y fuerzas policiales, así como a víctimas en la industria del gaming.
Con webstresser.org, cualquier usuario registrado podría pagar una tarifa mensual, utilizando sistemas de pago online o criptomonedas, para alquilar el uso de ‘stressers’ y ‘booters’. Las tarifas apenas eran de 15 euros al mes, lo que permite a las personas con poco o ningún conocimiento técnico lanzar ataques DDoS paralizantes.
En un ataque DDoS suministrado como servicio, el atacante controla de forma remota los dispositivos conectados para dirigir una gran cantidad de tráfico a un sitio web o una plataforma online. Si este tráfico consume el ancho de banda del sitio web, sobrecarga el servidor o consume otros recursos esenciales, siendo el resultado final el mismo que un ataque DDoS tradicional: el sitio web de la víctima se ralentiza más allá del punto de usabilidad, o se cae por completo, privando a los usuarios de servicios online esenciales.