El caos de Gatwick evidencia la necesidad de sistemas para detectar y contrarrestar drones

  • Infraestructuras críticas

Aunque ahora la policía británica admite la posibilidad de que los drones que provocaron el cierre del aeropuerto de Gatwick la semana pasada no existieron, el incidente ha puesto en el punto de mira el daño que pueden causar las aeronaves no tripuladas si no se utilizan con responsabilidad o caen en malas manos. Para aprovechar sus beneficios, habrá que estar prevenidos para afrontar sus riesgos.

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El día 24 de diciembre se confirmaron las dudas de las autoridades británicas de que hubiese sido la presencia de drones lo que puso en jaque la semana pasada al segundo aeropuerto de Reino Unido, Gatwick, pero lo cierto es que el incidente provocó la cancelación de 1.000 vuelos y afectó a más de 100.000 pasajeros.

Ayer mismo el secretario de Estado de Seguridad de ese país, Ben Wallace, informó en un comunicado de que el país utilizará unos sistemas de detección de drones, sin especificar cómo son o la rapidez de su despliegue y, sin duda, lo acontecido en Londres ha hecho reflexionar no solo a aeropuertos, sino a Gobiernos, instituciones y entidades que gestionan infraestructuras críticas.

Una de las empresas mejor posicionadas en el mercado de aeronaves no tripuladas es la nacional Indra y, además, cuenta con una solución inteligente para detectar y contrarrestar drones desde 2017.

Cómo funciona la tecnología
Presentado el pasado mes de marzo, el sistema ARMS está diseñado para proteger infraestructuras críticas y edificios oficiales en los que el vuelo de este tipo de aeronaves sin autorización puede suponer un riesgo.

El sistema detecta a las aeronaves remotamente tripuladas mediante un radar que ofrece un alcance de varios kilómetros. Adicionalmente, una cámara infrarroja puede confirmar la información del radar.

En una siguiente fase y mediante el uso de un inhibidor de frecuencia en distintas bandas, procede a anular la señal de los equipos de geolocalización del dron así como su enlace de comunicaciones con la estación de control desde la que se maneja.

El sistema se gestiona desde una consola que permite configurar las zonas de detección y las acciones a realizar por el sistema.

En los próximos años, el empleo de estas aeronaves crecerá exponencialmente a medida que la normativa vaya regulando y facilitando su uso y se vayan utilizando en nuevos sectores, como el de la logística y transporte. Plantas industriales, infraestructuras críticas, aeropuertos y edificios oficiales deberán estar preparados para protegerse y asegurarse de que estas aeronaves no invadan su espacio, dado que podrían llegar a emplearse para atacarlas o vigilarlas.