Un 34% de los usuarios no se preocupa por su seguridad al utilizar códigos QR

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Los ciberdelincuentes están aprovechando el renacer de esta tecnología con la pandemia para convertir estos códigos en un vector de ataque “invisible” para hacer phishing y redirigir a una web maliciosa. También pueden dar acceso a la información que almacena el dispositivo usado para su lectura.

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La crisis del coronavirus ha obligado a empresas de todos los sectores a tener que reinventarse y adoptar herramientas tecnológicas para dar solución a algunos de los problemas que planteó la pandemia. Una de las tecnologías que ha resurgido es la de los códigos QR, muy utilizados en los establecimientos de restauración para sustituir a las tradicionales cartas. Su uso ha crecido de manera exponencial en los últimos meses, ya que, como señala un estudio llevado a cabo por MobileIron, un 86% de usuarios móviles ha escaneado un código QR en el último año. Sin embargo, el mismo estudio refleja que un 34% de los encuestados no se preocupa por su seguridad al utilizar estos códigos. Por este motivo, Check Point Software Technologies advierte de los ciberriesgos asociados a los códigos QR.

“Los códigos QR son códigos bidimensionales de Quick Response (respuesta rápida) que incorporan una URL incrustada en una imagen que, al escanearla, permite acceder a un sitio web. En definitiva, su funcionamiento es similar al de cualquier programa para acortar URLs”, señala Mario García, director general de Check Point para España y Portugal. “En los últimos meses hemos visto como ha experimentado un nuevo impulso en su uso, lo que, unido a la sensación de fiabilidad y falta de peligro que generan en los usuarios, así como su uso a través del smartphone, hacen que se estén convirtiendo en un nuevo vector de ataque”.

Un caso práctico llevado a cabo por la Universidad Carnegie Mellon (Pensilvania, Estados Unidos), pone de manifiesto la falta de preocupación en materia de protección de datos personales al utilizar este sistema. Los expertos de la universidad colocaron cientos de posters con códigos QR en distintas localizaciones, y tras un mes, 225 personas habían escaneado los carteles, de los cuáles un 85% visitó la página web asociada. “Los usuarios deben ser conscientes de que, en el fondo, están haciendo clic en un enlace que en muchos casos ni siquiera llegan a ver, por lo que podrían ser phishing y redirigir a una web maliciosa. Es importante tener en cuenta que donde hay internet puede haber un delincuente conectado, por lo que siempre hay que extremar las precauciones”, advierte Mario García.

Además, es importante destacar que los códigos QR se utilizan de forma mayoritaria a través del smartphone, por lo que pueden servir de puerta de acceso a la información que almacena el dispositivo. De hecho, con un código QR, o una aplicación para su lectura en las manos erróneas podría llegar a dar acceso a datos de ubicación, iniciar la descarga de software malicioso en el equipo e incluso realizar pagos. De hecho, esta última aplicación se está comenzando a implementar en mayor medida para evitar el uso de dinero físico y como alternativa a las soluciones NFC.