Las empresas europeas se enfrentan a un panorama cada vez más hostil en materia de fraude
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Una de cada cinco transacciones es considerada fraudulenta, lo que afecta aproximadamente al 22% de sus ingresos. A pesar de ello, el 74% de las organizaciones confían en su capacidad para defenderse, aunque solo el 45% mide el impacto del fraude de identidad.
La mayoría de las empresas europeas confían en su capacidad de defensa, a pesar de evidenciar un aumento del fraude de identidad en el último año. Según el informe The Battle in the Dark 2025 de Signicat y Red Goat Cyber Security, las empresas estiman que, del total de transacciones, el 19% son fraudulentas, pese a lo cual, el 74% asegura confiar en su capacidad para protegerse contra el fraude.
Esta confianza contrasta con el hecho de que el 59% ha detectado un aumento en los fraudes de identidad exitosos respecto al año anterior, con un impacto que alcanza el 22% de los ingresos anuales debido al fraude y los costes de prevenirlo. Además, el 80% sostiene que intentar frenar a los estafadores solo provocan que estos cambien sus tácticas.
El 47% de las empresas no realiza un seguimiento regular del fraude, y un alarmante 55% no mide el impacto que este tiene en su negocio. Sin esta información, resulta imposible controlar el problema.
“Esta investigación pone de manifiesto una tendencia preocupante: las empresas confían en su capacidad para combatir el fraude, pero no comprenden realmente cómo ni dónde les está afectando”, afirma Pinar Alpay, chief Product and Marketing Officer en Signicat. “El primer paso para contraatacar es entender la amenaza—cómo está afectando a tu empresa y dónde está teniendo éxito. Sin ese conocimiento, las empresas están luchando a ciegas”.
Aumentan los fraudes basados en IA
El informe también analiza en detalle las tácticas utilizadas para cometer fraude de identidad y revela, entre otras cosas, que la falsificación de documentos de identidad sigue estando muy extendida en todos los sectores.
El 71% de las empresas reconoce que la mayoría de los fraudes con los que se encuentran se realizan con ayuda de inteligencia artificial. En lugar de desarrollar nuevas técnicas, los atacantes están utilizando nuevas tecnologías para llevar a cabo fraudes comunes de forma más sofisticada, económica y a gran escala. Por otra parte, el 90% de las organizaciones coincide en que el uso de la inteligencia artificial está ayudando a anticiparse a las amenazas emergentes.
No obstante, los métodos más costosos son el secuestro de cuentas y los ataques de ingeniería social. Estos tipos de fraude aprovechan la debilidad de las prácticas de seguridad de los clientes, y su detección representa un reto, ya que las transacciones pueden parecer legítimas hasta que son denunciadas por el propio cliente.