Cuatro casos de suplantación de identidad para los que la voz es la solución
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La biometría de voz puede ser un revulsivo que aumente el grado de protección de la identidad del usuario. La tecnología se puede aplicar para impedir el acceso no autorizado a servicios, bloquear los fraudes en las compras online, impedir la suplantación de identidad o evitar la contratación de servicios con escasa garantía de la identidad.
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Esta tecnología es un sistema de autenticación robusto y fiable y así lo reivindica la firma española Biometric Vox, especialista en este campo, ya que “un sistema de identificación prácticamente inequívoco y, por lo tanto, tremendamente difícil de vulnerar”, señala.
Y para demostrarlo, la compañía ha identificado cuatro casos en los que esta modalidad de biometría puede ser muy efectiva para proteger la información de los usuarios frente a la suplantación de identidad:
-- Impedir accesos no deseados a servicios
La combinación de usuario y contraseña se mantienen como la forma más utilizada para acceder a determinados dispositivos y servicios financieros, etc. Sin embargo, en muchas ocasiones los usuarios eligen claves que sean sencillas a la hora de memorizar, por lo que carecen del nivel de protección necesario y son fácilmente adivinables por cibercriminales. Una vez han conseguido estos datos, cualquier persona podría suplantar la identidad de otro usuario. Sin embargo, la biometría vocal se configura como la herramienta óptima para evitar este tipo de fraudes, ya que la voz es única para cada hablante y es invulnerable a imitadores o grabaciones. Gracias a esta tecnología, es posible identificar casi con total seguridad la identidad del hablante, por lo que en caso de no corresponder con la del usuario, se impide cualquier intento de acceso.
-- Fraudes en las compras online
Los fraudes asociados a las transacciones económicas en el mundo digital son uno de los principales quebraderos de los consumidores. La entrada en vigor de la normativa europea PSD2 y la autenticación en dos pasos SCA (Strong Customer Authentication) para las transacciones en línea exigen que, para completar una transacción, el usuario debe elegir al menos dos de los siguientes factores: los de posesión (el teléfono móvil o la tarjeta), conocimiento (una contraseña o el pin de la tarjeta) e inherencia (factores biométricos). La biometría de voz evita problemas que pueden derivarse de los otros dos factores como pérdidas u olvidos, ya que es una característica que siempre va con el comprador, así como riesgos como la suplantación de identidad.
-- Suplantación del control horario en puestos de trabajo:
Con la entrada en vigor el pasado mes de mayo de 2019 de la Ley de Control Horario, las empresas tienen ante sí el reto y la obligación de contar con un sistema de control de la jornada laboral. A pesar de que el abanico de posibilidades es amplio (desde la tradicional tarjeta de acceso, hasta la firma de una hoja especificando la hora de entrada y salida), muchas empresas ya confían en la efectividad del control de acceso biométrico por voz como método para garantizar la seguridad y evitar el fraude en materia de identificación laboral. Esto se debe, principalmente, a que hace que sea casi imposible la suplantación de identidad de los trabajadores mientras mantiene el proceso simple en su uso por parte del empleado, que solo requiere de su voz.
-- Evitar contratación de servicios con datos de sencillo robo
Cada vez más empresas ofrecen a los usuarios la posibilidad de contratar servicios a través de una llamada telefónica, debido fundamentalmente a que agiliza los procesos. Sin embargo, a pesar de que durante la conversación se soliciten datos relativos a la identidad del contratante, este sistema destaca por su bajo nivel de seguridad, ya que no existe una verificación previa que confirme que el usuario que está contratando ese servicio es quien dice ser. Por tanto, cualquiera que tenga en su poder datos (nombre completo, DNI, etc.) sobre otra persona podría dar de alta un servicio sin prácticamente ningún tipo de problema.