Gestión de riesgos y respuesta a incidentes: estrategias para la gestión de la seguridad

  • Opinión
Andrey Yankovskiy, Cloud Engineer de ReeVo Cloud & Cyber Security

Las crecientes ciberamenazas obligan a las empresas a implementar estrategias de prevención y respuesta. La gestión de riesgos y la respuesta a incidentes deben integrarse para asegurar la resiliencia y continuidad del negocio. En este artículo exploraremos cómo hacerlo de forma eficaz.

Por Andrey Yankovskiy, Cloud Engineer de ReeVo Cloud & Cyber Security

El crecimiento exponencial de las ciberamenazas, cada vez más sofisticadas y numerosas, obliga a las empresas a adoptar estrategias efectivas tanto de prevención como de respuesta ante posibles incidentes. En este sentido, y aunque es fundamental salvaguardar al máximo nivel cada aplicación, carga de trabajo o infraestructura informática corporativa, la asignación de recursos debe realizarse en función de la criticidad de las amenazas y de los activos a proteger.

En este punto, el vínculo entre la gestión de riesgos y la respuesta a incidentes cobra especial relevancia. Ambos, son dos pilares de la gestión de la seguridad que trabajan en sinergia para garantizar la resistencia y la continuidad del negocio.

 

Por qué es crucial analizar el ciberriesgo

Analizar el ciberriesgo supone comprender cuáles son las ciberamenazas potenciales para una organización, evaluar la probabilidad de que ocurran y estimar el impacto que podrían tener en los procesos empresariales. Realmente, no es una evaluación en sí misma, sino la base sobre la que diseñar estrategias de seguridad eficaces y sostenibles.

Gracias a este examen, se consigue priorizar las intervenciones mediante un Análisis de Impacto en el Negocio (BIA), al comprender que no todas las vulnerabilidades tienen el mismo peso, ni todas las amenazas idéntico índice de probabilidad. En segundo lugar, proporciona un punto de partida sólido para el diálogo con la alta dirección, al traducir las necesidades de seguridad en términos económicos y operativos, e impulsar la puesta en marcha de iniciativas concretas de protección a largo plazo.

 

Metodologías de análisis de riesgos cibernéticos

El análisis de riesgos se basa en enfoques metodológicos precisos, cuyo punto de partida es la identificación de los activos más críticos de la organización: sistemas de información, datos sensibles, aplicaciones clave e infraestructuras. Tras ello, se determinan las amenazas que podrían afectar a estos activos y las vulnerabilidades susceptibles de ser explotadas.

En este viaje, las empresas pueden apoyarse en consultores o proveedores de servicios especializados en ciberseguridad y adoptar marcos de referencia como NIST o la norma ISO 27005, que proporciona un enfoque sistemático de la gestión de los riesgos para la seguridad de la información. También, existen otros modelos cuantitativos de análisis del ciberriesgo como FAIR (Factor Analysis of Information Risk), que permite traducir los riesgos en evaluaciones económicas.

 

La relación entre la gestión de riesgos y la respuesta a incidentes

El análisis de riesgos es el punto de partida para definir estrategias eficaces de respuesta a incidentes. Sin un mapa claro de amenazas, vulnerabilidades, posibles efectos y prioridades de actuación, la respuesta ante un ataque puede ser caótica e ineficaz.

Una gestión de riesgos bien estructurada influye directamente en las herramientas, procesos e instrumentos utilizados en la Respuesta a Incidentes. Por ejemplo, si el ERP corporativo -herramienta de misión crítica por excelencia- presenta vulnerabilidades por ser obsoleto, se pueden definir estrategias de mitigación específicas, como la implementación de copias de seguridad más frecuentes, objetivos de tiempo de recuperación (RTO) más rápidos, y la adopción de sistemas de monitorización continua para detectar anomalías en tiempo real. Estas medidas garantizan una mayor resistencia y una respuesta más eficaz en caso de ataque.

Asimismo, una evaluación precisa de las amenazas ayudará a elegir las herramientas adecuadas, como sistemas de detección de intrusiones (IDS), plataformas de orquestación y automatización de la seguridad (SOAR) y herramientas de inteligencia sobre amenazas. En sectores especialmente expuestos al ransomware, como el sanitario, el análisis de riesgos podría conducir a la adopción de herramientas avanzadas de detección de amenazas basadas en el comportamiento y de segmentación de redes para limitar la propagación de posibles infecciones.

El análisis de riesgos también orientará en la definición de los Incident Response playbooks, es decir, los procedimientos operativos estándar que deben seguirse ante determinados tipos de incidentes. Aquí se tendrán en cuenta no solo las medidas técnicas para prevenir y mitigar los daños, sino también todos los aspectos procedimentales y organizativos, es decir, las funciones y responsabilidades.

Por último, es importante destacar que un análisis de riesgos bien ejecutado tendrá efectos inmediatos en la capacitación y concienciación de los empleados. Conocer cuáles son las amenazas más probables facilitará la articulación de simulacros y sesiones de formación más específicas, aumentando el nivel de preparación general y fomentando una cultura de la seguridad mucho más efectiva.