Los atacantes están utilizando IA para desarrollar técnicas de evasión cada vez más avanzadas
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La IA permite a los atacantes generar malware polimórfico, capaz de cambiar su código para evitar ser reconocido. Además, pueden personalizar ataques de phishing con un nivel de precisión sin precedentes. Incluso son capaces de ocultar su actividad utilizando tráfico cifrado y comportamientos simulados.
La ciberseguridad empresarial está ante uno de sus mayores desafíos: la inteligencia artificial (IA) no solo refuerza las defensas, sino que se ha convertido en una potente aliada para los cibercriminales. Faronics advierte de que la IA ha revolucionado las técnicas de evasión, creando una nueva generación de amenazas prácticamente invisibles para las soluciones de seguridad convencionales.
Evasión dinámica y automatizada
Tradicionalmente, las defensas digitales —como los antivirus o los sistemas de detección de intrusos (IDS)— se basaban en firmas predefinidas o en patrones de comportamiento conocidos. Sin embargo, los atacantes impulsados por IA han aprendido a detectar esos patrones y diseñar tácticas para evadirlos. Esta capacidad de adaptación dinámica representa un salto cualitativo en la ciberdelincuencia.
La IA permite a los atacantes generar malware polimórfico, capaz de cambiar su código constantemente para evitar ser reconocido. Además, pueden personalizar ataques de phishing con un nivel de precisión sin precedentes, gracias al análisis masivo de datos en redes sociales. Incluso son capaces de ocultar su actividad utilizando tráfico cifrado y comportamientos simulados, logrando pasar desapercibidos. Faronics España destaca tres técnicas de evasión clave potenciadas por IA que ya están en uso:
- Malware polimórfico automatizado: algoritmos de IA generan variantes de malware en tiempo real, lo que dificulta su detección por herramientas basadas en firmas.
- Ingeniería social personalizada: la IA analiza perfiles sociales y correos para crear mensajes de phishing adaptados a cada objetivo, haciéndolos casi indistinguibles de comunicaciones legítimas.
- Ataques invisibles en red: los atacantes simulan patrones de tráfico de usuarios reales o manipulan el tráfico cifrado para ocultar su actividad maliciosa.
En este nuevo escenario, las estrategias defensivas tradicionales resultan insuficientes. Las empresas deben abandonar la mentalidad reactiva y adoptar un enfoque proactivo basado en inteligencia artificial. Solo las tecnologías capaces de aprender y adaptarse al mismo ritmo que las amenazas podrán marcar la diferencia.
La inversión en plataformas de detección avanzadas, análisis conductual y correlación de grandes volúmenes de datos será clave para que las organizaciones logren anticiparse a las amenazas emergentes.