El coste del fraude de telecomunicaciones es de 29.000 millones de euros anuales
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El principal objetivo de los delincuentes es tener acceso a las cuentas de los clientes o los proveedores de servicios de comunicaciones con la intención de obtener dinero ilegalmente. Uno de los métodos de fraudes más habituales es el de las llamadas de vishing.
A medida que nuestra sociedad evoluciona, también lo hace nuestra dependencia de la tecnología de las telecomunicaciones. Los cibercriminales se aprovechan de nuestro uso diario de los dispositivos electrónicos y continuamente buscan nuevas maneras de explotar las vulnerabilidades y el acceso a la información. Así lo pone de manifiesto el informe Crime Report Cyber-Telecom 2019, publicado por Europol y Trend Micro, que ofrece una visión general de cómo funciona el fraude de las telecomunicaciones.
Este fraude consiste en el abuso de servicios o productos de telecomunicaciones (principalmente teléfonos fijos y móviles) con la intención de adquirir ilegalmente dinero de un proveedor de servicios o de sus clientes. El informe pone de relieve que el fraude de las telecomunicaciones se está convirtiendo en una alternativa de bajo riesgo para la delincuencia financiera tradicional. El coste reducido y una mayor disponibilidad de equipamiento de hackeo hacen que este tipo de fraude vaya en aumento. De hecho, el coste del fraude de las telecomunicaciones se estima en 29.000 millones de dólares al año.
Los métodos de fraude de telecomunicaciones más comunes se pueden dividir en diferentes categorías, que van desde estafas más sencillas a otras altamente sofisticadas. Una de ellas son las llamadas de vishing (una combinación de voz y phishing), una estafa telefónica en la que los delincuentes engañan a las víctimas para que faciliten su información personal, financiera o de seguridad, o para que les realicen transferencias de dinero.
Otro método recibe el nombre de Wangiri (llamar una vez y colgar), una estafa telefónica en la que los delincuentes engañan a las víctimas para que llamen a números de tarificación adicional. El fraude establece un sistema para marcar una gran cantidad de números de teléfono al azar. Cada llamada suena una sola vez y luego cuelga, dejando una llamada perdida en los teléfonos de los destinatarios. Los usuarios a menudo ven la llamada perdida y, creyendo que es legítima, llaman al número de tarificación adicional.
Por último, está un tipo de fraude se conoce como IRSF (International Revenue Sharing Fraud), que representa el método de fraude más perjudicial hasta la fecha. Se trata de la transferencia de valor monetario de un operador a otro, en base a la confianza entre operadores de telecomunicaciones. Los defraudadores pacientes esperan a que los registros que caduquen antes de ejecutar cualquier medida adicional de lavado de dinero.
“El fraude de telecomunicaciones es otro ejemplo de cómo los criminales ‘hackean el sistema’ con el fin de abusar de empresas legítimas para aumentar sus ganancias”, señala Steven Wilson, director del Centro Europeo de Ciberdelincuencia de la Europol. “Si bien no es una nueva área de la delincuencia, representa un nuevo reto para las autoridades policiales en toda la Unión Europea”.