Europol pide una respuesta europea coordinada ante el auge del spoofing telefónico
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La suplantación de la identidad en llamadas y mensajes se ha convertido en una herramienta clave para el fraude digital, con pérdidas estimadas en 850 millones de euros. Se ha detectado la aparición de un modelo de “spoofing-as-a-service”, con herramientas listas para suplantar identidades de forma automatizada.
Europol ha lanzado un llamamiento urgente para abordar el creciente problema del spoofing telefónico, una técnica que permite a los delincuentes falsificar el número de origen de llamadas y mensajes para engañar a sus víctimas. Esta práctica, cada vez más extendida, está generando un impacto económico y social significativo, y requiere una acción conjunta a nivel europeo.
El spoofing telefónico se ha convertido en una herramienta habitual en fraudes digitales y campañas de ingeniería social. Los ciberdelincuentes la utilizan para hacerse pasar por bancos, organismos públicos o incluso familiares, con el objetivo de obtener información confidencial, acceder a cuentas o provocar transferencias de dinero. Según Europol, el 64% de los casos de fraude digital comienzan con una llamada o mensaje falsificado.
Además de los fraudes financieros, esta técnica se ha vinculado a incidentes de “swatting”, en los que se realizan falsas llamadas de emergencia para provocar intervenciones policiales masivas en domicilios de víctimas inocentes.
Spoofing como servicio
Las investigaciones de Europol han detectado la aparición de un modelo de “spoofing-as-a-service”, en el que redes criminales ofrecen herramientas listas para suplantar identidades de forma automatizada. Estas plataformas permiten simular números de instituciones legítimas, operar desde el extranjero y evadir la trazabilidad, lo que dificulta la persecución penal.
La falta de armonización normativa entre países europeos y la escasa colaboración con operadores de telecomunicaciones agravan el problema. Un estudio realizado por Europol en 23 países revela que más de 400 millones de ciudadanos están expuestos a este tipo de ataques por la ausencia de medidas técnicas efectivas.
Europol propone tres líneas de actuación para combatir el spoofing telefónico:
- Estándares técnicos armonizados: mecanismos comunes para rastrear llamadas fraudulentas, verificar identidades legítimas y bloquear tráfico engañoso.
- Colaboración transfronteriza: refuerzo de la cooperación entre cuerpos policiales, reguladores y operadores para compartir inteligencia y pruebas.
- Convergencia regulatoria: alineación de las normativas nacionales para permitir el rastreo legal, clarificar el uso legítimo del enmascaramiento de identidad y promover herramientas antifraude.
Estas medidas se enmarcan en la estrategia ProtectEU, que busca fortalecer la capacidad colectiva de Europa para combatir el crimen organizado y proteger a los ciudadanos frente a amenazas digitales y físicas.
Europol advierte que, aunque se implementen medidas contra el spoofing, los delincuentes seguirán adaptándose. Nuevas amenazas como el fraude por SIM, el uso de servicios prepago anónimos y el smishing (mensajes falsos) exigen una vigilancia constante y una cooperación multisectorial.
“La facilidad para cometer spoofing contrasta con la dificultad para investigarlo”, señala el informe. “Es urgente equilibrar esta balanza y dotar a las autoridades de herramientas eficaces para proteger a la ciudadanía”.