Estos son algunos de los principales usos delictivos de los drones

  • Actualidad

Los drones han conseguido en los últimos años un desarrollo tecnológico que ha mejorado sus características y ha potenciado su uso en diferentes sectores, pero su accesibilidad también ha conllevado que las organizaciones criminales los hayan incorporado a sus operaciones. Un estudio de Prosegur Research ha analizado sus usos ilegales, entre los que figuran los ciberataques.

  Recomendados....

» Digitalización y seguridad, motor de innovación del sector financiero  Informe
» IT Trends 2023 en ciberseguridad  y factores para su despliegue  Webinar
» Work from Anywhere, garantía de perímetro de acceso seguro Leer 

Algunos de los avances más importantes que se han producido en el desarrollo de drones guardan relación con la inclusión de sensores (movimiento, temperatura, proximidad...) más avanzados, disminución de emisiones electrónicas para lograr una menor detectabilidad, posibilidades de neutralización electrónica, mejora de materiales y tecnología, reducción de tamaño y de huella electrónica, acústica y de radio frecuencia con el objetivo de dificultar su detección. 

La popularización del uso de estos aoaratos no tripulados, la disminución en el coste de producción y el consecuente incremento en la accesibilidad ha facilitado que también grupos criminales los utilicen en su actividades ilegales, usos que ha analizado Prosegur Research en un informe titulado "Los Zumbidos del Mundo Criminal".

Los autores del estudio han destacado los siguientes usos ilícitos:

- Obtención de información e imágenes privadas: las cámaras y los sensores presentes en los drones facilitan la obtención de información de víctimas o potenciales víctimas por parte de delincuentes. De este modo, se pueden obtener datos de interés e imágenes privadas, así como su uso para llevar a cabo labores de vigilancia, control y seguimiento de víctimas. Además de violar la privacidad de las personas, las imágenes obtenidas a través de un dron pueden ser empleadas para labores de chantajes y/o extorsiones, así como en el desarrollo de robos y asaltos, tanto de individuos como de propiedades. Por otro parte, el uso de drones en labores de vigilancia por parte de empresas privadas o individuos ha derivado en críticas por supuestos usos abusivos de espionaje. 

- Uso delictivo en el transporte de mercancías: el uso de drones para las acciones de tráfico facilita la actuación criminal, ya que minimiza el nivel de riesgo que corre el delincuente y acelera los procesos de entrega. La sofisticación adquirida por los drones en este sentido potencia que el transporte de mercancías se use en explosivos, materiales contaminantes e inclusos bacterias y otros materiales que repercuten sobre la salud. Destacar especialmente los casos de tráfico de drogas o contrabando en lugares especialmente vigilados como las fronteras, además de los ejemplos de contrabando en prisiones para entregar teléfonos móviles o armas. 

- Ataques físicos: una ventaja que ofrecen los drones y que explotan las organizaciones criminales es su utilización como método de ataque físico. Es decir, estrellar drones contra personas o sus propiedades con el objetivo de causarles daños permite, a su vez, no comprometer la integridad física de ningún integrante de la organización criminal o terrorista. Durante los últimos años se ha registrado un incremento en el uso de drones caseros modificados para cargar explosivos improvisados: granadas de mano, granadas de 40mm y pequeños proyectiles de mortero por parte de cárteles de la droga o varias insurgencias activas en las guerras de Siria o Ucrania, en este último conflicto se ha podido apreciar un incremento también de los ataques del ejército ruso a Ucrania en las últimas semanas, con especial foco a la ciudad de Kiev. 

- Ciberataques: en cuanto a los ataques lógicos, es reseñable la amplia capacidad de comunicación de los drones con diferentes dispositivos, lo que permiten una gran diversidad de ciberataques ágiles y difícilmente detectables. Uno de los más comunes es establecer la configuración de una red Wi-Fi móvil falsa o un punto de acceso no autorizado, con el fin de interceptar el tráfico de red de los smartphones en alcance para capturar información confidencial de los usuarios. Los drones también pueden inhabilitar redes Wi-Fi, radios u otros dispositivos, así como hacerles realizar un ataque de desautentificación local (local deauthentication). Si estos ataques se realizan sobre empresas que desarrollan actividades esenciales o especialmente sensibles, puede suponer un ataque terrorista de alto impacto para la ciudadanía o una potente fórmula de extorsión.