F-Secure apunta hacia el midmarket y prepara el lanzamiento de su EDR

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F-Secure. 30 años lleva esta compañía finlandesa en el mercado de ciberseguridad. Muchos menos en España, y a través de Ingecom, y sólo unos pocos de forma directa, con Javier Cazaña como Country Manager y Francisco Macías como director técnico. No hace mucho que ha integrado a GTI como su segundo mayorista, y avanza en España con paso firme, el que le permite tener crecimientos de doble dígito o que Gartner le sitúe como visionario en su cuadrante mágico para plataformas de seguridad Endoint.

El gran cambio de la compañía llegó en 2015, cuando se desprendió de su negocio de almacenamiento en la nube y adquierió nSense, un proveedor de servicios de protección con la que F-Secure reforzó su propuesta de seguridad para ofrecer respuesta ante incidentes y tecnología forense, así como evaluación de vulnerabilidades y servicios de inteligencia y seguridad de amenazas a empresas y negocios con infraestructura de TI crítica.

Fundada en 1988 con el nombre de Data Fellows, la que posteriormente se rebautizó como F-Secure lanzó su primer antivirus para Windows en 1994, tan sólo cinco años antes de cambiar su nombre. Hasta entonces la compañía se había centrado en capacitar a los usuarios de ordenadores y en la creación de bases de datos personalizadas; antes de su primer antivirus desarrolló el primer escáner heurístico para productos antivirus, y poco después fue la primera compañía en desarrollar una tecnología anti-rootkit, bautizada como Blacklight en 2005.

La evolución de F-Secure siguió adelante después del impulso de la mencionada compra de nSense, a la que siguió, en febrero de 2017, la de Inverse Path, una consultora italiana de seguridad con experiencia en los sectores de control industrial o automoción. Ahora F-Secure es un proveedor de servicios de ciberseguridad con el escáner de vulnerabilidades Radar Managed Services y Rapid Detection Service como sus productos estrella, con los mismos con los que, poco a poco, se está adentrando en el mercado más corporativo. Y en dos meses, como evolución de su oferta de seguridad endpoint, lanzará al mercado una solución EDR (Endpoint Detection and Response), una categoría de producto que responde a los ataques dirigidos y que crecerá hasta los más de 2.200 millones de dólares para 2021.

Decía en rueda de prensa Javier Cazaña que el escenario de la seguridad ha cambiado, que todas las empresas son objetivo, que “se acabaron las detecciones fáciles” y que la seguridad endpoint es “la base que no debe faltar en el mundo de los ataques dirigidos”, que son “los que hacen daño”.

F-Secure no se deja nada atrás. Además de los productos ya mencionados, se ofrecen servicios de SOC, muy interesante para ver el comportamiento de un ciberdelincuente, y trabaja ya en la manera de proteger el IoT mediante un firewall dirigido a proteger los dispositivos conectados de un hogar. Se suma un F-Secure Cloud Protection for Salesforce.

Al midmarket se apunta con el apoyo del canal de distribución y la creación de una nueva estructura con dos unidades de negocio, la de ciberseguridad para el consumidor y la de seguridad B2B, que quedará reforzada o nuevos roles centrados en las ventas de canal, servicios y productos, marketing y comunicaciones, tecnologías e investigación, así como servicios de negocio e información.