La frecuencia de siniestros cibernéticos creció un 12% en Europa

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Aunque la cantidad de incidentes cibernéticos que llegan a las aseguradoras no se corresponde con el volumen que tienen las brechas de seguridad exitosas, el negocio de los seguros cibernéticos crece a medida que las empresas van tomando conciencia de sus necesidades de seguridad.

La insurtech Stoïk ha elaborado su nuevo Informe de Siniestros Cibernéticos, basado en los datos de los más de 5.000 asegurados que tiene en Europa. Según su análisis, la frecuencia de siniestros cibernéticos aumenta un 12% en 2024 respecto al año anterior. Si en 2023 fue del 3,87%, el año paso llegó al 4,34%. La compañía señala que se trata de un crecimiento moderado, comparado con la cifra de ciberataques que hubo en España.

En efecto, según los datos de INCIBE, los incidentes de ciberseguridad crecieron en 2024 un 20%. Además, su impacto económico es considerable: Stoïk cita los datos del informe económico de la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos del Ministerio de Hacienda, que cifran en aproximadamente 30.000 millones de euros anuales el impacto de los ciberataques en la economía española.

En el análisis de Stoïk, los ataques BEC se dieron en el 30% de los casos; el fraude por transferencia bancaria supuso el 23% de los siniestros; y el ransomware se quedó en el 12,4% de los casos. También avisa de las vulnerabilidades técnicas, que provocaron el compromiso de activos internos (18,4%) y el de activos expuestos en Internet (9,2%).

La falta de concienciación en ciberseguridad de los usuarios sigue siendo un punto muy delicado. La compañía hizo una prueba, al estilo del pentesting que realizan las compañías, simulando un ataque de phishing relacionado con los Juegos Olímpicos de París. El resultado fue que el 45% de los correos fraudulentos fueron abiertos y el 33% de los destinatarios llegó a compartir sus datos personales.

Jules Veyrat, CEO y cofundador de Stoïk, explica que, en un mundo cada vez más interconectado, nuestra dependencia de las tecnologías digitales ha elevado los riesgos a niveles sin precedentes, exponiéndonos a una vulnerabilidad global. Basta un solo fallo para desencadenar consecuencias de alcance mundial, con impactos profundos y duraderos”.