Los ciberataques a los bancos se han disparado un 91% en solo cuatro años
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Según el FMI, los ataques a las empresas financieras representan una quinta parte de todos los incidentes cibernéticos mundiales, lo que subraya la exposición del sector financiero a los ataques de fraude y ransomware. Alrededor del 65% de las instituciones financieras han denunciado ataques en 2024.
Los bancos se han vuelto cada vez más vulnerables a los ciberataques a medida que los hackers se vuelven más sofisticados. Datos recientes de Stocklytics.com revelan un asombroso aumento del 91% en los ataques a los bancos en los últimos cuatro años. El aumento de los ataques pone de manifiesto las lagunas en los protocolos de ciberseguridad y plantea dudas sobre si la gente puede confiar en las empresas financieras para la seguridad de sus activos.
“Los ciberataques son un riesgo operativo clave que podría amenazar la resiliencia operativa de las instituciones financieras y afectar negativamente a la estabilidad macrofinanciera general. La creciente dependencia de las plataformas digitales para las transacciones financieras ha ampliado la superficie de ataque de los ciberdelincuentes”, señala la analista financiera de Stocklytics, Edith Reads.
Ataques de ransomware
En 2021, solo el 34% de las instituciones financieras informaron de un ataque global de ransomware a su sistema. Desde entonces, el número de bancos afectados ha aumentado peligrosamente, y alrededor del 65% de las instituciones financieras han denunciado ataques este año.
Entre 2021 y 2022 se produjo el mayor aumento de los ataques de ransomware, y los bancos registraron un aumento del 62% en los ataques generales. En 2023, la situación se deterioró aún más, ya que casi el 64% de las instituciones financieras fueron víctimas de este tipo de ataques, lo que representa un aumento del 16% con respecto al año anterior. Los grandes volúmenes de datos y transacciones confidenciales que manejan estas instituciones las hacen inherentemente predispuestas y fácilmente atacadas.
Según una encuesta del FMI, existe un déficit significativo en los marcos de políticas de ciberseguridad adecuados, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo. De manera alarmante, solo alrededor de la mitad de los países encuestados tenían una estrategia nacional de ciberseguridad centrada en las finanzas o regulaciones de ciberseguridad específicas, lo que subraya las brechas sustanciales en la preparación para la ciberseguridad en muchas regiones.
Además, las empresas financieras dependen cada vez más de proveedores de servicios de TI externos, y esta tendencia puede acelerarse con la creciente adopción de la inteligencia artificial. Si bien la utilización de proveedores de servicios de TI externos puede mejorar la resiliencia operativa, también expone a la industria financiera a posibles riesgos sistémicos.