Diez pistas para identificar una campaña de desinformación

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La manera más efectiva de articular una prevención eficaz y una resiliencia efectiva ante la desinformación es protegiendo y orientando al eslabón más vulnerable: los ciudadanos. El CCN ha publicado un decálogo con consejos que ayudan a identificar esta clase de campañas que, a continuación, repasamos punto por punto.

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Ayer informamos de que el CCN ha habilitado en su portal una sección diferenciada que reúne recursos para que los usuarios sean capaces de identificar una campaña de desinformación.

Uno de los recursos es una infografía que incluye un decálogo con recomendaciones de buenas prácticas que ayudarán a reconocer una campaña de este tipo.

Analizar la fuente de la noticia
Las fuentes de las que proviene la información que se recibe y consume son importantes. Hay que conocer los medios, su trayectoria, y que autores (periodistas, empresas o países) están detrás de cada publicación. Conviene que existan enlaces a las fuentes originales o a otros textos que validan los datos.

Dudar de los pantallazos en las redes sociales
Para comprobar la veracidad de los datos, se recomienda acudir a la fuente original o hacer una “búsqueda inversa” para saber si una foto ya fue publicada antes en Internet. También es posible comprobar si una imagen es original o ha sido copiada a parir de la información EXIF.

No ser parte del algoritmo
Según este decálogo, si se quiere desarrollar una opinión bien formada, es aconsejable obtener fuentes de información alternativas a aquellas que nos muestran los algoritmos en los que se basan las plataformas digitales.

Ojo con las falsas cuentas
Antes de confiar en el contenido publicado por un perfil digital, conviene asegurarse de que no es un robot. Para ello, es útil observar a cuántas personas sigue, cuántas le siguen, si genera contenido propio, si hace un uso excesivo de la red social, etc.

¿Quién comparte la noticia y cuál es el contexto?
Aunque el mensaje llegue de un amigo, hay que hacerse preguntas como, por ejemplo, qué fecha tiene la información, quién es la fuente y quién lo ha difundido. También conviene buscar el titular en algún buscador para ver qué medios han recogido la información.

En alerta con los contenidos patrocinados o de origen desconocido
El consejo en este punto es desconfiar de todo contenido político o polémica que aparezca patrocinado por perfiles anónimos o no identificados con asociaciones, partidos políticos o instituciones reales, que puedan obtener ingresos económicos a cambio de la promoción de determinados contenidos.

Pensamiento crítico y cabeza fría
Cuando se participe en debates, debe hacerse desde la racionalidad, el respecto y el pensamiento crítico, evitando generar espirales de odio y descalificaciones, que pueden estar promovidas por determinados agentes o grupos encubiertos.

Leer la letra pequeña
Cuando el usuario se informe a través de formatos digitales, es recomendable no quedarse solo con el titular y la imagen. La recomendación es leer la noticia completa y analizar si los datos están contrastados y si se recogen una pluralidad de opiniones.

Desconfiar de ‘estrellas invitadas’
El CCN recuerda que algunos agentes políticos, sociales o culturales influyentes participan en determinadas discusiones en función de agendas políticas y económicas muy determinadas y que no son públicas para la audiencia.

‘Tú no puedes parar un conflicto’
El decálogo concluye aconsejando al usuario que se mantenga alera de los contenidos informativos y que no contribuya a difundir informaciones no contrastadas o de dudosa procedencia.