Solo 4 de cada 10 compañías confían en su capacidad de adaptarse a las normativas de privacidad
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Los responsables de privacidad de las empresas señalan que hacer frente a un entorno regulatorio volátil es su principal prioridad en 2019 ya que, según Gartner, solo cuatro de cada diez confían en sus capacidades para cumplir con los nuevos requisitos normativos.
Los datos de la consultora revelan que la mayoría de los responsables de de privacidad creen que las organizaciones carecen de un marco de gobierno de la información que pueda adaptarse a los constantes cambios, y eso trae como consecuencia que solo cuatro de cada diez confíe en su capacidad para adaptarse a los cambios constantes.
Los encargados de garantizar la privacidad de los datos se van a centrar en 2019 en sus estrategias para responder rápidamente a los cambios regulatorios que se están produciendo rápidamente ya que son conscientes, según explica Gartner, de que conseguir flexibilidad en este ámbito es un factor crítico.
En este sentido, como explica Brian Lee, uno de los vicepresidentes de la firma, ahora que han realizado el esfuerzo de cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos europeo, se les están pidiendo requisitos adicionales, que pueden impactar en la estrategia a corto y largo plazo. Además, tanto reguladores como clientes han dejado claro que se ha acabado el periodo de gracia para poner en orden todo lo relacionado con sus derechos de protección de la privacidad.
Así las cosas, las grandes prioridades de los responsables de esta área son adaptarse a un entorno regulatorio volátil, establecer una estrategia que apoye la transformación digital, implementar un programa de gestión de riesgos efectivo, fortalecer los lazos con el cliente para conseguir su confianza y sea fiel a la marca y, finalmente, establecer métricas para medir la eficacia del programa de privacidad.
Según Gartner, las prioridades están relacionadas entre sí, y giran en torno a la gestión y protección efectiva de los datos de manera estratégica, y ahí radica la complejidad. Según su experto, “aunque los responsables de privacidad tienen claro dónde tienen que centrar sus esfuerzos, resulta difícil para una mayoría crear un plan integral que aborde todos estos problemas”.