Cuando tu hijo quiere convertirse en hacker
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Kaspersky aprovecha el caso concreto de Virginia Tovar, una madre a la que su hijo de 13 años le confesó que quería ser hacker, para explicar por qué los niños se ven atraídos por la piratería y cómo los padres pueden detectar si sus hijos se ven tentados por el lado oscuro de la tecnología.
Cuando los niños querían ser astronautas tenían, literalmente, metas más elevadas que ahora, cuando el deseo más predominante es ser influencer. Quizá lo único peor que eso sea que te digan que quieren ser hackers, como le sucedió a Virginia Tovar con su hijo de 13 años. La cibermadre confiesa que “veía que las habilidades tecnológicas que tiene mi hijo podían llevarle por un camino peligroso y yo lo único que quería era encontrar la forma de apoyarlo sin cortarle las alas, pero asegurándome de que usara su talento de forma responsable”.
Tovar llevó a su hijo por el camino de la ciberseguridad con el apoyo de instituciones como INCIBE, organizaciones como X1RedMasSegura y empresas como Kaspersky, que organizó para ellos una visita a la sede de la compañía en Moscú. Virginia Tovar señala que, “gracias al apoyo de expertos y profesionales del sector, a día de hoy mi hijo es parte de una comunidad que fomenta el uso ético de la tecnología”.
Es un ejemplo exitoso de cómo gestionar esas inquietudes tempranas. Kaspersky recuerda que, según su informe “Estar en línea: niños y padres en Internet”, el 47% de los menores españoles tienen su primer contacto con la tecnología antes de los 7 años. Y explica que algunos menores son reclutados por redes criminales en comunidades online, videojuegos o foros, “donde se les atrae con promesas de reconocimiento y recompensas financieras”.
Los factores psicológicos
Una tentación que pone a prueba sus habilidades y que además se ve reforzada por factores psicológicos, como el deseo de pertenencia a un grupo o la superación del desafío técnico. El cibercrimen puede tener un elemento atractivo trasladado por la ficción y, además, los menores no son conscientes de las consecuencias que pueden tener sus actos, por lo que son más fácilmente manipulables.
La doctora Kelli Dunlap, psicóloga clínica y diseñadora de juegos, explica que “una de las razones por las que tantos hackers son niños es porque piratear es divertido. Esas pequeñas travesuras o intrusiones pueden ser entretenidas, sobre todo cuando sus compañeros también lo hacen. Además, como la necesidad de aceptación social es muy fuerte, sobre todo al principio de la adolescencia, muchos se dejan llevar por la multitud, sobre todo si lo hacen sus amigos. Uno de los factores de protección más fuertes contra la piratería informática es que los niños sepan lo que se espera de ellos, que sus acciones tengan consecuencias y que sepan cuáles son esas consecuencias”.
Desde Kaspersky, destacan cuatro elementos para identificar si los niños pueden estar en ese momento crítico: el cambio de sus hábitos online, como la visita de páginas de cibercrimen; la participación en actividades de grupo con nuevos amigos de intereses inusuales; si les cuesta explicar sus actividades online; o si hay cambios en sus intereses tecnológicos. Obviamente, es importante monitorizar su actividad online y estar atentos a sus comportamientos para poder detectar estas señales.