La Comisión Europea reforzará el Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación

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La Comisión acaba de publicar nuevas directrices sobre cómo se debería reforzar el Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación, con vistas a aumentar su efectividad en la lucha contra la difusión de 'fake news'.

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La crisis del coronavirus ha sido un claro ejemplo de las amenazas y retos que la desinformación plantea en las sociedades y que puede conllevar riesgos significados. Por eso, la Comisión Europea quiere dar una vuelta de tuerca más para evitar la ‘infodemia’ o difusión de datos que son falsos y que desvirtúan las fuentes confiables de información.

En este sentido, acaba de publicar sus directrices para marcar la dirección en la que se debería reforzar el Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación, con el objetivo de aumentar su efectividad.

El propósito persigue mejoras en los siguientes ámbitos:
-- Mayor participación con compromisos adaptados. La Comisión quiere fomentar la adhesión al Código de las plataformas establecidas y emergentes que se encuentran activas en la UE, de las partes interesadas pertinentes en el ecosistema de publicidad en línea (como los intercambios de publicidad, los proveedores de tecnología publicitaria, las marcas que se benefician de la publicidad), de los servicios de mensajería privada y de las partes interesadas que pueden contribuir con recursos o conocimientos técnicos al funcionamiento efectivo del Código. El Código reforzado debe incluir nuevos compromisos adaptados que correspondan al tamaño y a la naturaleza de los servicios prestados por los signatarios.

--Desmonetización de la desinformación. Las plataformas y los agentes del ecosistema de publicidad en línea han de responsabilizarse y colaborar mejor para acabar con la financiación de la desinformación, especialmente intercambiando información sobre publicidad desinformativa rechazada por uno de los firmantes, aumentando la transparencia y la rendición de cuentas en lo relativo a la colocación de anuncios e impidiendo la participación de agentes que publican sistemáticamente contenido desmentido.

-- Garantías de integridad de los servicios. El Código reforzado debe ofrecer una amplia cobertura de los comportamientos manipuladores existentes y emergentes a los que se recurre para difundir desinformación (como bots, cuentas falsas, campañas de manipulación organizadas o robos de cuentas), además de incluir compromisos adaptados para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas de las medidas adoptadas para reducir sus efectos.

-- Capacitación de a los usuarios para comprender y denunciar la desinformación. Los usuarios necesitan tener acceso a herramientas que les permitan entender mejor el entorno de línea y navegar en él de forma segura. Los signatarios tienen que hacer que sus sistemas de recomendación, esto es, cómo perciben los usuarios el contenido, sean transparentes, y tomar medidas para reducir los riesgos que estos generan, como la difusión viral de desinformación. También deben dotar a sus usuarios de herramientas y procedimientos accesibles y efectivos para denunciar la desinformación susceptible de ocasionar daños públicos o personales. Aquellos usuarios cuyo contenido o cuyas cuentas se vean afectados por medidas adoptadas en respuesta a estas denuncias han de tener acceso a un mecanismo adecuado y transparente que les permita recurrir y obtener reparación. El Código reforzado también debe mejorar la visibilidad de la información fiable de interés general y alertar a los usuarios que hayan interactuado con contenido detectado como falso por los verificadores de datos.

-- Aumento de la cobertura de la verificación de datos y el acceso a datos proporcionado a los investigadores. El nuevo Código debe contemplar una mejor cooperación con los verificadores de datos y aumentar su cobertura entre los países e idiomas de la UE. El Código reforzado también ha de incluir un marco sólido de acceso a los datos para los investigadores.

-- Un marco de seguimiento sólido. El Código reforzado debe incluir un marco mejorado de seguimiento basado en indicadores de rendimiento clave que midan los resultados y las consecuencias de las medidas adoptadas por las plataformas, así como el efecto global en la UE del Código relativo a la desinformación. Las plataformas deben presentar a la Comisión informes periódicos sobre las medidas adoptadas y los indicadores de rendimiento clave pertinentes. Las plataformas deben presentar la información y los datos con formatos normalizados y desglosar la información por Estados miembros.

Por último, los signatarios deben crear un Centro de Transparencia en el que indiquen las políticas que han adoptado para poner en marcha los compromisos del Código, su modo de aplicación y todos los datos y parámetros pertinentes con respecto a los indicadores de rendimiento clave.

Las directrices también proponen que se establezca un grupo de trabajo permanente presidido por la Comisión. Ese grupo estaría compuesto por los signatarios y por representantes del Servicio Europeo de Acción Exterior, del Grupo de Entidades Reguladoras Europeas para los Servicios de Comunicación Audiovisual y del Observatorio Europeo de Medios Digitales. Este último recibió más de 11 millones de euros para crear 8 centros regionales de ayuda a la realización y la expansión de su labor en los Estados miembros. Este grupo de trabajo, que también contará con la ayuda de expertos, contribuirá a evaluar y adaptar el Código en vista de los cambios tecnológicos, sociales, legislativos y del mercado.

Para que el Código se actualice, la Comisión pedirá a los signatarios del Código que se reúnan y refuercen el Código con arreglo a las directrices.
Los signatarios deben proceder rápidamente a la revisión del Código y proporcionar un primer proyecto de Código revisado en otoño.
Conforme a lo anunciado, la Comisión también propondrá este año una legislación para incrementar la transparencia de la publicidad política.