4 beneficios de priorizar la seguridad de la identidad

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La seguridad de la identidad no se trata sólo de autenticación y autorización, sino también de visibilidad, gobernanza y cumplimiento. Es el núcleo de la ciberseguridad, ya que define qué se considera comportamiento malicioso y qué o cuáles son consideradas acciones legítimas o ilegítimas.

A medida que nos adentramos en el mundo digital, proteger la empresa de las ciberamenazas es crucial, por lo que resulta más necesario que nunca colocar la seguridad de la identidad en el centro de la ciberseguridad. Es decir, que las personas adecuadas tengan el acceso adecuado en el momento adecuado. Porque el costo de eludir la seguridad de la identidad puede ser alto: las filtraciones de datos, la pérdida de confianza de los clientes y las sanciones financieras son sólo una parte de los problemas en la gestión de los servicios digitales.

La seguridad de la identidad no se trata sólo de autenticación y autorización, sino también de visibilidad, gobernanza y cumplimiento. Es el núcleo de la ciberseguridad, ya que define qué se considera comportamiento malicioso y qué o cuáles son consideradas acciones legítimas o ilegítimas. La estrategia de seguridad de una organización debe adaptarse a muchas identidades, tales como empleados, clientes, socios, proveedores, dispositivos, aplicaciones y servicios, cada uno con distintos niveles de confianza y requisitos de acceso. Además de hacer frente a diversos desafíos relacionados con la identidad, como la dispersión de la identidad, cuentas huérfanas, abuso de acceso privilegiado, robo de credenciales, reutilización de contraseñas, TI en la sombra y fraude de identidad.

Un enfoque de identidad que prioriza la seguridad significa implementar políticas y controles de seguridad basados en el contexto de identidad y el perfil de riesgo de sus usuarios, dispositivos y aplicaciones. Desde CyberArk analizamos los cuatro principales beneficios de priorizar la implementación de un marco de seguridad de la identidad:

1. Postura de seguridad mejorada. Las organizaciones pueden reducir la superficie de ataque y el potencial de comprometer la identidad garantizando que solo las personas adecuadas tengan acceso a los recursos adecuados en las condiciones adecuadas y utilicen sus privilegios de acceso de forma adecuada. Las organizaciones también pueden mejorar su visibilidad y control sobre sus datos y sistemas monitorizando y auditando las actividades y comportamientos de sus usuarios, dispositivos y aplicaciones, y detectando y respondiendo a cualquier anomalía o incidente.

2. Mejora del cumplimiento y la gobernanza. Las organizaciones pueden cumplir con las regulaciones y estándares de seguridad y privacidad que se aplican a la industria y la región, asegurando que sus identidades y privilegios de acceso sean precisos, estén actualizados y cumplan con sus políticas y requisitos. De la misma manera que pueden demostrar su transparencia generando informes y proporcionando pruebas de sus esfuerzos de cumplimiento y seguridad.

3. Mayor productividad y eficiencia. Las organizaciones pueden optimizar y automatizar sus procesos y flujos de trabajo de seguridad de la identidad, eliminando tareas manuales que inducen a error, como el restablecimiento de contraseñas, solicitudes de acceso y aprobaciones. Asimismo, pueden optimizar sus recursos y costes al reducir la complejidad y los gastos generales de administrar y mantener múltiples y diferentes soluciones de seguridad de la identidad.

4. Mejora de la experiencia y satisfacción del usuario. Puede proporcionar a sus usuarios y externos una experiencia de acceso segura y fluida, permitiéndoles acceder a los recursos que necesitan. Cuando sea necesario, desde cualquier

dispositivo y ubicación. Las organizaciones también pueden brindar a sus usuarios y externos capacidades de autoservicio permitiéndoles administrar sus identidades, privilegios de acceso y solicitar y aprobar cambios de acceso.

Al priorizar la seguridad de la identidad en las estrategias de ciberseguridad, las compañías pueden determinar quién tiene acceso a qué recursos y en qué condiciones, además de garantizar que estos privilegios de acceso se utilicen de forma adecuada. Un enfoque que resulta fundamental para establecer un marco de ciberseguridad sólido y eficaz.