El patrón de fraude más denunciado en España es el smishing

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Más de un tercio de los españoles admite haber sido objetivo del fraude en los tres últimos meses. En general, los esquemas de fraude más frecuentes en España son el smishing, seguido del robo de tarjetas, cargos fraudulentos, vishing o estafas en las que un tercero ilegítimo se hace pasar por un vendedor oficial en una tienda online.

La edición del segundo trimestre del estudio Consumer Pulse, que edita TransUnion para explorar el comportamiento de los consumidores españoles respecto al robo de identidades en las transacciones online, destaca que más de un tercio de los españoles (35%) admite haber sido objetivo de fraude a través de mensajes de texto, llamadas de teléfono, correo electrónico o durante sus actividades online en los últimos tres meses. Es la Generación Z la más impactada en este sentido, con un 47 % de los consumidores de este grupo que afirman haber sido objetivo de fraude.

El patrón de fraude más denunciado entre los que aseguran haber sido objetivo fue el smishing o mensajes de texto al móvil en los que se solicitan, de forma fraudulenta, datos personales. Así lo reconoce un 35%, un porcentaje que salta hasta el 47% entre los miembros de la generación de los Baby Boomers, aquellos que nacieron entre la década de los 40 y 60.

Las preocupaciones relacionadas con el robo de identidades y a la hora de compartir información personal se mantienen en rangos elevados. Tres de cada cuatro (75%) españoles confiesan que están “muy preocupados” o “algo preocupados” cuando comparten información personal. Las razones esgrimidas por los ciudadanos españoles son la posibilidad de que se les robe dicha información (para el 70%), la invasión a la privacidad (para el 60 %) o el hecho de que se puedan utilizar sus datos para recibir comunicaciones comerciales no solicitadas (37 %).

En general, los esquemas de fraude más frecuentes en España, además del smishing, incluyen el robo de tarjetas, cargos fraudulentos, vishing (llamadas de teléfono en las que se solicitan, de forma fraudulenta, datos personales) o estafas en las que un tercero ilegítimo se hace pasar por un vendedor oficial en una tienda online.

Para Lisette González, directora general de TransUnion en España, “las preocupaciones relacionadas con los datos personales entre los ciudadanos españoles envían un mensaje claro a la hora de que las compañías protejan los datos de sus clientes de forma apropiada y eleva la preocupación de los problemas mencionados, con el objetivo de que los compradores puedan llevar a cabo sus transacciones sin temor”.