El coste de los ciberataques aumentará hasta los 23,84 billones de dólares en 2027

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Al término de 2022, el coste de los ciberataques se situaba en torno a 8,44 billones de dólares, cifra que en cinco años se habrá triplicado, llegando a los 23,84 billones de dólares. Son datos de un informe del Foro Económico Mundial que sostiene que el precio seguirá aumentando si no se controla la protección de los dispositivos conectados.

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La adopción de dispositivos conectados (léase IoT) durante la pandemia provocó un aumento espectacular de los ciberataques, según un informe del Foro Económico Mundial y su Consejo sobre el Mundo Conectado, que advierte de que el coste de los ciberataques seguirá aumentando si no se controla su protección, amenazando una economía mundial frágil. De hecho, se estima que este se situará en 23,84 billones de dólares en 2027 frente a los 8,44 billones de 2022.

Elaborado a partir de las opiniones de 270 expertos, el estudio "The State of the Connected World 2023" sostiene que solo el 4% de ellos confía en que los dispositivos conectados estén debidamente protegidos.

No obstante, el Foro Económico Mundial lanza un mensaje positivo a través de Jeff Merritt, su responsable de Transformación Urbana, quien subraya que "en un momento en que la economía mundial es frágil, disponemos de las herramientas necesarias para reducir al menos una de las principales amenazas para la economía mundial: los ciberataques". En este sentido, explica que el informe es una llamada a la acción para la protección contra los ciberdelitos, que también mejoraría la seguridad individual y la de las pequeñas y medianas empresas, los sistemas de tránsito y los servicios públicos. "Todo lo que depende de dispositivos conectados", aclara.

A nadie se le escapa que el mundo está cada vez más conectado y eso implica una mayor exposición a la actividad ciberdelictiva y, para hacerle frente, el informe propone una mayor educación de los consumidores a través de campañas de alfabetización digital, prácticas de estandarización de las medidas de ciberseguridad, priorizar la seguridad por diseño y por defecto (en lugar de reaccionar a posteriori) y desarrollar políticas más ágiles para abordar mejor el panorama rápidamente cambiante de la ciberseguridad.