Cinco consejos para que tus hijos naveguen seguros en la Red

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El mundo online ofrece a los niños oportunidades de aprendizaje y socialización antes inimaginables, pero también los expone a una serie de peligros. Guiar a los niños y adolescentes para que conozcan y aprendan a evitar los peligros puede ser un verdadero reto para los padres. Estas recomendaciones de ESET serán de gran ayuda.

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La vida digital de los menores preocupa a sus padres por la lista abrumadora de potenciales riesgos que acechan en la red, por lo que es esencial a los niños enseñarles a navegar por Internet de forma segura, y ESET ha reunido una serie de recomendaciones que contribuyen a su seguridad:

1. Establecer una autenticación fuerte 
Al igual que los adultos, los niños tienen problemas con la seguridad de las contraseñas. Por ello, la firma de seguridad recomienda ayudarles explicándoles por qué deben utilizar contraseñas seguras y únicas, y luego mantener esas contraseñas en privado. Incluso con sus videojuegos, una contraseña fuerte protegerá su inventario de juegos de cualquiera que intente robarlos. De hecho, es interesante recomendarles el uso de frases de contraseña, en lugar de palabras simples y fáciles de adivinar, que consistan en varias palabras y tipos de caracteres y que sean largas en lugar de cortas, pero no demasiado largas o complejas de memorizar. 

Según Josep Albors, Director de Investigación y Concienciación de ESET España, “asegúrate de insistir en que sus contraseñas o frases de acceso nunca deben compartirse con nadie, así como que una capa adicional de seguridad (también conocida como autenticación de dos factores) nunca hace daño a nadie. Si es necesario, ayúdales a configurarlo y así proteger las cuentas online que albergan sus datos más personales e incluso a usar gestores de contraseñas para que estas queden almacenadas de forma segura y no sea necesario recordarlas”, comenta Albors.

2. La información personal es personal 
Aunque es importante recalcar el valor de los datos a los niños pequeños, ESET recuerda que hay que tener en cuenta que incluso los adolescentes de más edad no siempre entienden todas las implicaciones de compartir su información personal online, como el riesgo de ser víctimas de phishing. Por ello, recomienda explicarles que nunca deben abrir enlaces de nadie que no conozcan, y que si un amigo envía algo a través de una aplicación de mensajería, siempre deben confirmar si el enlace fue realmente enviado por el amigo y que es válido y seguro, o si es spam, antes de hacer clic. Y, sobre todo, hay que educarles para que nunca compartan sus nombres completos, números de identificación, direcciones o datos bancarios a nadie. 

“Como padre o educador, considera los riesgos. Es muy probable que los niños y adolescentes rompan las reglas. Así que hazles saber que, si esto sucede por alguna razón, nunca deben revelar información personal, como a qué escuelas asisten, o sus direcciones de casa”, añade Albors. 

3. Sus datos son importantes 
Crecer en la era digital significa tener todos los datos online, ya sea en una plataforma o en las redes sociales de los padres que presumen de sus pequeños. Ya utilizan sistemas de reconocimiento facial, almacenan datos de salud recogidos por wearables, tienen sus notas en una base de datos online y dan sus datos personales para registrarse en plataformas de videojuegos. Es muy difícil evitar dejar una huella digital, por pequeña que sea. 

ESET recalca también la importancia de que los niños entiendan cómo se pueden utilizar estos datos. Explica que son valiosos para que las empresas elaboren sus perfiles, para que las redes sociales se dirijan a ellos para publicar anuncios, para los gobiernos que quieren recopilar información sobre sus ciudadanos y, en última instancia, nuestros datos son una fuente de ingresos para los piratas informáticos que pueden utilizarlos para actividades fraudulentas. 

4. Compartir no siempre es bueno 
En cierto modo, los dispositivos móviles como portátiles, teléfonos y tabletas pueden haber añadido un nuevo significado al concepto de "ordenador personal", pero los ordenadores se construyeron para ser utilizados por usuarios individuales, y no para ser compartidos. Es posible que los adolescentes no lo sepan y que sean propensos a compartir sus dispositivos con sus amigos cuando enseñan fotos, juegan a videojuegos en el móvil o simplemente consultan algo en TikTok. 

Sin embargo, aunque esto ocurra, siempre debe hacerse bajo la supervisión de un adulto. No solo por una cuestión de seguridad para evitar bromas no tan divertidas, sino también para proteger su información privada. Y, por si acaso, ESET también aconseja recordarles que nunca presten sus dispositivos a alguien que no conozcan. 

5. Cuidado con los extraños 
Otro tema que los padres y educadores no deberían dejar de lado es el "peligro de los extraños", según ESET. Además de decirles a los niños que no deben entrar en el coche de un desconocido, es importante recordarles que Internet no es más que un gran lugar público lleno de desconocidos. Explica lo que puede ocurrir, suponiendo el peor de los casos, y cómo prevenir cualquier daño. 

Los hijos deben saber que Internet es un lugar donde la gente, escondida detrás de los ordenadores, puede ser mala. Cuanta más información compartan los niños, mayor será el daño potencial; en otras palabras, mayor será la probabilidad de que los adultos malintencionados puedan ganarse su confianza y amistad para luego utilizarla de otro modo en su contra. Por ello, enseña a los niños a ser cautelosos, no solo con las personas que no conocen, sino también con las que conocen. Conviene explicarles el significado de conceptos como el ciberacoso y el grooming, y cómo los desconocidos se toman la molestia de entablar falsas amistades y de engañar a los jóvenes para que compartan datos personales e incluso contenido sexual, lo que puede provocar intimidación, miedo y posibles daños físicos. 

Según Albors, “para que el mensaje cale, no te resistas ni condenes a los niños por las aplicaciones que utilizan o los juegos a los que juegan; únete a ellos, ayudándoles a instalar esas aplicaciones (siempre que sean adecuadas para su edad), revisando sus opciones de privacidad y dedicando tiempo a jugar con ellos. Crea las cuentas, comparte el contenido, discute los posibles peligros y haz que su propia experiencia forme parte de la conversación”.

También es posible que los padres se preocupen por el tipo de página web que visitan tus hijos o el tiempo que pasan en línea. Aquí es donde entra en juego una tecnología como el software de control parental, que puede, entre otras cosas, proteger a los niños de los contenidos perjudiciales. "Lo más importante es que este software se considere como una forma de educación adicional para conocer las inquietudes de tus hijos, más que una especie de control impuesto. Puede ser especialmente útil con los niños más pequeños, al menos hasta que crezcan y puedan valerse por sí mismos”, concluye.