¿Cómo es ser mujer en ciberseguridad? Lo analizamos de la mano de algunos de los referentes femeninos del sector

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Llevamos años acusando la falta de expertos, alertando sobre la necesidad de nuevos perfiles y apuntando a que la clave podría estar en el talento femenino que tanto cuesta atraer hasta el ámbito tecnológico y, sin embargo, las cifras siguen sin mostrar un cambio significativo. La proporción de mujeres en la fuerza laboral mundial de ciberseguridad ha aumentado de solo el 11 % a alrededor del 24 % en los últimos años. Por eso, en IT Digital Security hemos querido hablar con algunas de las mujeres referentes en nuestro sector para conocer cómo es su día a día, cómo llegaron al puesto que ocupan hoy y si ese camino ha sido para ellas más difícil por el mero hecho de ser mujeres.

La ciberseguridad necesita talento. De hecho, atraer y retener a los empleados son desde hace años, dos retos clave en ciberseguridad. Y, sin embargo, los últimos informes siguen apuntando a que la proporción de mujeres en la fuerza laboral mundial de ciberseguridad ha aumentado de solo el 11 % a alrededor del 24 % en los últimos años, lo que representa un salto significativo, pero sin duda insuficiente en un sector que necesita encarecidamente nuevos perfiles con los que cubrir los casi 83.000 puestos de trabajo que se necesitarán de aquí a 2024 según INCIBE.

Con la cantidad de ataques cibernéticos que aumenta cada año, las empresas no pueden darse el lujo de estar sin las medidas de seguridad adecuadas, pero tampoco de operar sin el talento necesario para hacer que esas medidas sean efectivas. Llevamos años acusando la falta de expertos, alertando sobre la necesidad de nuevos perfiles y apuntando a que la clave podría estar en el talento femenino que tanto cuesta atraer hasta el ámbito tecnológico y, sin embargo, las cifras siguen sin mostrar un cambio significativo.

Por eso, en IT Digital Security hemos querido hablar con algunas de las mujeres referentes en nuestro sector para conocer cómo es su día a día, cómo llegaron al puesto que ocupan hoy y si ese camino ha sido para ellas más difícil por el mero hecho de ser mujeres. Y es que, en los numeroso debates y especiales que se han realizado en los últimos días entorno a la figura de la mujer, en conmemoración al 8M, hemos visto como se acusa la falta de referentes femeninos como uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de entender por qué cuesta tanto encontrar perfiles femeninos en tecnología y ciberseguridad.

Así lo apunta también Pilar Vila, CEO y Cofundadora de Forensic & Security, para quien “visibilizar modelos de mujeres del sector puede ser clave para crear un ecosistema de ejemplos reales”. Lo mismo opina María José Montes, Jefe de Proyecto en Entelgy Innotec Security, quien apunta a la necesidad de mostrar “diversos perfiles femeninos de referencia en el sector que puedan resultar atractivos a niñas y jóvenes”. Vamos a conocer entonces su historia y responder muchas de aquellas preguntas que surgen sistemáticamente a la hora de hablar de mujeres y ciberseguridad.

¿Cómo es ser mujer en ciberseguridad?

Sentirse “diferente” siendo mujer en ciberseguridad “Es algo inevitable” para Pilar,”pero no es negativo” asegura. “Las mujeres emocionalmente somos diferentes a los hombres y afrontamos el trabajo de forma distinta, es intrínseco a nuestra forma de ser, y eso hace que enriquezcamos nuestro entorno laborar marcando diferencias que de otra forma no existirían”.

Elena Cerrada, Country Manager Spain & Portugal at SailPoint, señala, con una sonrisa, que “somos diferentes, y ahí está la gracia”- a lo que añade- “La diversidad enriquece, la diversidad suma. Creo que aportar diferentes puntos de vista a un mismo problema ayuda a resolverlo mejor”

Del mismo parecer es Helena Jalain, Technical Lead en Zerolynx, quien opina que “las mujeres podemos aportar una perspectiva un poco diferente al sector. Solemos ser más polivalentes, y por eso creo que podemos dar un enfoque más unificado de todas las diferentes disciplinas que existen en el sector ciber. También creo que solemos ser más analíticas y prudentes, lo que puede ser también un rasgo positivo sobre todo cuando tienes que tratar con activos críticos”.

Parece que el sentimiento es compartido y, aunque destacan en un sector mayoritariamente masculino, ser mujer no ha supuesto un problema para nuestras entrevistadas. No obstante, son muchas las personas que se preguntan por el camino hasta llegar a ese punto de vista, por las dificultades que pueden encontrarse al “destacar” para bien o para mal por ser diferente.

Respecto a estas dificultades, aunque la mayoría de mujeres con las que hemos hablado apuntan a que no han acusado diferencias respecto a sus compañeros, sí parecen darse, en ocasiones, situaciones incómodas: “He vivido en el pasado situaciones en las que mi entorno y mis compañeros se llegaban a sorprender de mi nivel de especialidad siendo mujer” reconoce Sabina Schneider, Chief Solutions Officer de Globant, quien confía en que, “con los años, esto deje de ser una sorpresa”. El resto de entrevistadas se suman a este mensaje de esperanza y señalan que, aunque pueda existir cierta reticencia o sorpresa en un primer momento, “se desvanece en cuanto te ven trabajar como uno más”.

Por su parte, Helena Jalain reconoce que “existe cierta presión en demostrar que también valemos y tenemos un hueco en este sector, y eso por supuesto añade estrés y nos obliga a ser muy autoexigentes. Creo que la baja representación de mujeres nos hace cargar con la responsabilidad de defender nuestra valía y no seguir alimentando estereotipos, y eso puede ser agotador.

Lo cierto es que, ser diferente solo supone que tienes algo valioso que aportar por lo que la existencia de esa esencia propia debería ser algo considerado positivamente a la hora de contratar un perfil y no verse como algo negativo. Sin embargo, el hecho de que haya pocas mujeres puede suponer en sí mismo un obstáculo para la aparición de nuevos perfiles femeninos.

De hecho, INCIBE, en su último informe publicado sobre “Análisis y diagnóstico del talento de ciberseguridad en España” apunta a que, del total de estudiantes especializándose en materia de ciberseguridad, únicamente el 18% corresponde a alumnas “lo que hace presagiar que la gran diferencia por género entre el número de profesionales en el mundo de la ciberseguridad va a continuar manteniéndose” sentencian. Esto nos hace preguntarnos por el motivo de esta falta de interés: ¿por qué tan pocas mujeres eligen trabajar en ciberseguridad? ¿es realmente falta de interés o hay algo más?

Helena es clara en su respuesta: “no creo que no exista un interés de parte de las mujeres por profesiones tecnológicas, sino que de alguna forma se ha ido masculinizando el sector alimentándolo de estereotipos y ciertas exigencias que desalientan a las mujeres”.

¿Por qué no hay mujeres en ciberseguridad?

Para Elena Cerrada las causas de este bajo porcentaje de mujeres en el sector son varias: “La falta de referentes femeninos, la conciliación de los mundos laboral-personal y el miedo a equivocarse” son las más decisivas bajo su punto de vista. Sin embargo, para Montes, el problema es más complejo y viene de lejos: “Arrastramos una educación patriarcal, en la que el rol de la mujer tiende a ser de “cuidadora” (trabajos orientados a educación, sanidad, etc). Aunque se ha avanzado mucho en igualdad, todavía queda mucho trecho por recorrer. Desde pequeñitos, hasta la publicidad de los juguetes, tiende a ser sexista de manera más o menos sutil. Normalmente, los juegos relacionados con tecnología suelen asociarse a niños y, los destinados a tareas de cuidados, a niñas. Esto, aunque poco a poco se va corrigiendo, hace que haya menos mujeres interesadas por la tecnología” sentencia Montes.

Por su parte, Helena Jalain, va más allá asegurando que es “importante dar visibilidad de que también existimos las mujeres que trabajamos en ciberseguridad”, pero que “para luchar contra la desigualdad lo esencial es adaptar los entornos laborales y las exigencias que muchas veces vienen implícitas, para dar cabida a todo tipo de perfiles, en vez de pedir a las mujeres que ellas sean las que deben adaptarse para encajar”.

Afortunadamente, como apunta la directiva de WatchGuard, “cada vez más se instaura una cultura del talento sin género en las organizaciones sobre otros estilos de liderazgo más tradicionales” pero queda mucho trabajo por hacer.  

Lo que está claro es que, a pesar de que estamos avanzando en igualdad y atracción del talento femenino, sigue siendo necesario valorar y profesionalizar las competencias de todo tipo de perfiles. En ciberseguridad se necesita gente y cuanto más amplio sea el abanico sobre el que buscar, más fácil será encontrar el perfil necesario para cada tarea.

Lo resume muy bien García-Mascaraque al afirmar que “En este sector nadie sobra, sino que todos sumamos. Debemos hablar de talento en general, sin poner etiquetas de género. De la misma opición es la directiva de SailPoint, al asegurar que “Además de aportar habilidades muy necesarias dentro de la industria, la incorporación del talento femenino en ciberseguridad es clave para dar respuesta a la creciente demanda de profesionales en el sector”. “Es fundamental que el talento femenino se incorpore para romper esa brecha que tenemos en la demanda de profesionales”, añade.

¿Y si las mujeres fuesen la clave?

No es una novedad que el sector de la tecnología siempre ha estado liderado por una gran presencia masculina, pero cada vez son más mujeres las que se interesan por las nuevas herramientas digitales, su gestión y protección y consiguen hacerse un hueco como profesionales IT, llegando a asumir roles cada vez de mayor responsabilidad.

En este sentido, Cerrada apuesta a que “La ciberseguridad es y va a seguir siendo en el futuro uno de los pilares fundamentales para el desarrollo exitoso de cualquier negocio y a nivel laboral va a ofrecer un abanico único de oportunidades profesionales” y es por eso que anima a todas aquellas profesionales que se lo estén planteando que le den una oportunidad, “no se van a arrepentir” asegura.

Este mensaje de optimismo y amor hacia el sector es unánime en todas las entrevistadas, pues preguntadas por lo que más les ha costado de su carrera profesional muchas de ellas apuntan a la atracción que genera la tecnología y a cómo la ciberseguridad engancha. Además, tal y como nos cuenta García-Mascaraque: “las TIC, la digitalización y la innovación abren puertas para el empoderamiento de las mujeres, las niñas y otros colectivos menos favorecidos. La era digital ofrece una oportunidad sin precedentes para acabar con todas las formas de disparidad y desigualdad, tal y como se destaca desde ONU Mujeres y Naciones Unidas”.

Las organizaciones tienen también un papel fundamental a la hora de reducir la brecha de género y acompañar el crecimiento de las mujeres dentro de una empresa. “Nuestro sector tiene una gran oportunidad para fomentar la inclusión y la diversidad en la industria, elementos clave para la innovación” declara Cerrada. Recordemos, llegados a este punto, que, tras haber demostrado durante el Covid-19 las capacidades de adaptación de los trabajadores, ahora son ellos los que, en muchas ocasiones, tienen el poder. “Ya no son las empresas las que eligen personas sino las personas las que eligen empresas. Son, por tanto, tiempos de innovación, de reformular lo que hacemos e incorporar nuevas capacidades” María Obispo, Directora de Talent Engagement de LLYC. Y en esta búsqueda de nuevas incorporaciones, de nuevos perfiles y nuevas necesidades, la diversidad se vuelve obligatoria. Y hablar de diversidad no es solo una cuestión de género, va mucho más allá.

Desirée Rodríguez