Los programas de inteligencia de amenazas van en aumento

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El 64% de las organizaciones usaron la inteligencia de amenazas en 2016, frente a más del 80% de este año. Además, el 68% de las organizaciones ahora están "creando o consumiendo datos en torno a las últimas campañas de ciberseguridad", lo que sugiere que están aprovechando la inteligencia de amenazas para anticiparse a los vectores de ataque.

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Hay un valor real en la inteligencia de amenazas. Después de todo, ¿qué empresa no quiere datos fiables sobre amenazas emergentes? No es de extrañar, entonces, que la "Encuesta de Inteligencia sobre Ciberamenazas SANS 2018" descubriera que el 81% de las empresas ahora aprovechan los programas de inteligencia de amenazas. Pero el trabajo no ha terminado, ya que estos programas aún tienen mucho margen de mejora.

La inteligencia de amenazas ha estado ganando terreno en los últimos años. Solo el 64% de las organizaciones usaron la inteligencia de amenazas en 2016, frente a más del 80% de este año. Además, el 68% de las organizaciones ahora están "creando o consumiendo datos en torno a las últimas campañas de ciberseguridad", lo que sugiere que están aprovechando la inteligencia de amenazas para anticiparse y adaptarse a los vectores de ataque emergentes.

La detección de amenazas sigue siendo el beneficio más codiciado, con el 79% de los encuestados enfatizando esta capacidad en sus programas. La respuesta a incidentes, con el 71%; las amenazas de bloqueo, con el 70%; y la caza de amenazas, con el 62%, completan los cuatro primeros. También se avanza hacia un intercambio más público de datos críticos sobre amenazas.

Con todo, muchas empresas siguen "insatisfechas" con la calidad y precisión de su inteligencia de amenazas. Y aunque hay un repunte en el intercambio de información de seguridad –el 84% de las empresas dijeron que participaban–, la mayoría de las veces tiene un enfoque informal en lugar de seguir pautas estructuradas, lo que limita la eficacia general de la inteligencia de amenazas.

La mayor preocupación de los profesionales de seguridad es la falta de información oportuna. En los últimos tres años, este problema ha ocupado el primer puesto con un margen de más del 20% sobre el siguiente problema: la información es demasiado compleja para garantizar la facilidad y la velocidad de uso. Sin embargo, hay esperanza, ya que la inteligencia artificial (IA) integrada en las soluciones de seguridad puede ayudar a los equipos a clasificar información compleja y obtener información clave.