El 65% de empresas cree que la computación cuántica será la ciberamenaza más crítica en menos de 5 años
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Un informe de Capgemini señala la creciente preocupación que supone la computación cuántica en el ámbito de la ciberseguridad, ante la posibilidad de que en la próxima década llegue el momento en que los ordenadores cuánticos sean capaces de desencriptar los algoritmos criptográficos.
Si hace pocos meses vimos un informe de ISACA sobre la percepción de las compañías sobre la computación cuántica, ahora el Instituto de Investigación de Capgemini ha publicado el estudio “Futuro encriptado: Por qué la criptografía post-cuántica encabeza la nueva agenda de ciberseguridad”, basado en una encuesta a 1.000 organizaciones con ingresos de 1.000 millones de dólares en 13 países de Asia-Pacífico, Europa y Norteamérica, junto a entrevistas en profundidad a 16 directivos.
Según el informe, el 65% de las organizaciones considera que la computación cuántica será la amenaza de ciberseguridad más crítica en apenas 3 a 5 años. De todas las empresas encuestadas, hay un 30% que prefieren ignorar la amenaza. El restante 70%, considerado por la consultora como “pionero”, trabaja en soluciones de seguridad cuántica o planea hacerlo en los próximos 5 años. Todos ellos dan prioridad a los algoritmos de criptografía post-cuántica.
Como explicó Ramsés Gallego, presidente del capítulo de Barcelona de ISACA, en el webinar “La computación cuántica como motor de cambio: transformando la realidad empresarial”, no hay un consenso respecto al momento en que la computación cuántica alcanzará la madurez suficiente como para romper los algoritmos de criptografía tradicionales, el “día Q”. Según Capgemini, 1 de cada 6 pioneros cree que ese momento llegará en un placo de 5 a 10 años.
Marco Pereira, responsable global de Ciberseguridad y Servicios de Infraestructura en el Cloud de Capgemini, explica que “la preparación cuántica no consiste en predecir una fecha, sino en gestionar un riesgo irreversible. Cada activo cifrado hoy podría convertirse en la brecha de mañana si las organizaciones retrasan la adopción de protecciones post-cuánticas. La transición temprana asegura la continuidad del negocio, la alineación regulatoria y la confianza a largo plazo. La seguridad cuántica no es un gasto opcional, sino una inversión estratégica”.