Casi la mitad de los CISO se sienten frustrados por no poder defenderse adecuadamente

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El 39% de los CISO encuestados está en una situación crítica en relación con su salud físico-mental y tiene un malestar general que deriva en riesgos de amenaza y situaciones constantes de impotencia, según un estudio realizado por Advens e ISMS Forum, que profundiza en el nivel de estrés que viven estos profesionales dado el incremento de las amenazas que acechan a sus organizaciones.

El incremento de las amenazas ha provocado un aumento de los niveles de estrés que tienen que soportar los CISO, según se despende de una reciente investigación dada a conocer por Advens e ISMS Forum, que también muestra que estos profesionales una sensación continua de alerta e incapacidad para desconectar, y que el 61% de los encuestados afirman que temen perder sus puestos de trabajo tras una crisis de ciberseguridad.

Entre los aspectos positivos, el 76% de los encuestados considera tener los conocimientos metodológicos y técnicos adecuados para adaptarse a sus responsabilidades, lo cual refleja que se sienten preparados para enfrentarse a los nuevos problemas que surjan. En cambio, pese a que 8 de cada 10 encuestados no se sienten personalmente inseguros, el 42% de ellos está más o menos desanimado por el aumento en la frecuencia y el poder de los ciberataques. Un porcentaje que aumenta hasta el 48% si hablamos del sentimiento de frustración al no poder defenderse.

Tal y como se indica en el Informe sobre el Estudio del estrés de los CISO, el 39% de los CISO encuestados está en una situación crítica en relación con su salud físico-mental y tiene un malestar general que deriva en riesgos de amenaza y situaciones constantes de impotencia.

Según explican los responsables del informe, los CISO se encuentran bajo unos niveles de estrés que deben vigilarse, y un alto número de participantes se encuentra en una situación crítica en relación con su salud físico-mental y un malestar general que deriva en riesgos de amenaza y situaciones constantes de impotencia.

El alto nivel de incertidumbre y la exposición a lo desconocido, el contexto de combate y adversidad o la gestión de crisis se postulan como los criterios que más contribuyen a la aparición de estrés entre los CISO.

Según el informe, estos profesionales se enfrentan a adversarios externos que se aprovechan del factor humano -los empleados-, como uno de los eslabones más débiles en la cadena de la defensa cibernética. Una situación que lo pone en el papel de un luchador, con el nivel de amenaza actual y la intensidad de la ciberdelincuencia, de una lucha asimétrica con un poder de ataque muy superior a la capacidad de defensa de una organización. Por otro lado, la incertidumbre es constante sobre el momento y la forma del próximo incidente. Esto obliga al CISO a estar preparado para cualquier eventualidad, pues nunca puede considerar una protección total. Todo ello, en ocasiones, conlleva una gestión de crisis que requiere un alto nivel de disponibilidad y exige una toma de decisiones bajo presión, que en ocasiones afecta a la salud físico mental de estos profesionales.