La sofisticación de las amenazas impulsa el aumento de las transacciones sospechosas

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En 2022, los pagos digitales que presentaban indicios de irregularidades se incrementaron un 109% respecto a 2021, hasta el punto de que suponen ya más del 30% de todas las reclamaciones recibidas por el Banco de España.

Según la Memoria de Reclamaciones de 2022 del Banco de España, el volumen total de reclamaciones recibidas en ese año fue de 34.146, bastante similar al de 2021, cuando hubo 34.330 reclamaciones. Sin embargo, mientras hay ciertas tipologías de reclamaciones que han bajado mucho, como las vinculadas con las tarjetas revolving o las relacionadas con los gastos de formalización de hipotecas, las quejas por operaciones presuntamente fraudulentas han crecido un 109,1%, llegando a 10.361.

La mayor parte de estas reclamaciones se corresponden con la operativa de tarjetas (86,1%), mientras que el 13,9% restante se vincula con transferencias a través de Internet. Este fuerte crecimiento se debe, según Veritran, tanto al aumento de la digitalización de las transacciones como a la sofisticación de las técnicas de fraude que se apoyan en tecnologías “con propósitos maliciosos”.

La compañía señala que los ciberatacantes han adaptado sus tácticas para aprovechar las vulnerabilidades de los pagos electrónicos, con métodos que varía desde la ingeniería social y el phishing hasta las webs fraudulentas o las aplicaciones falsas que emulan apps conocidas. Veritran considera que sistemas como la biometría 3D son fundamentales para proteger la banca digital, gracias al uso de características físicas y patrones de comportamiento para validar la identidad.

Para Gabriela Giannattasio, VP de EMEA en Veritran, “es crucial que las entidades financieras se mantengan en alerta y adopten medidas proactivas para resguardarse ante estas amenazas en constante evolución. La sofisticación de las estafas en las transacciones de pagos digitales es notoria. Los estafadores ajustan sus tácticas para aprovechar las vulnerabilidades en las operaciones electrónicas, empleando métodos cada vez más avanzados. Existen sistemas tecnológicos para fortalecer la ciberseguridad que se pueden implementar para reducir al mínimo posible estos riesgos”.